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El año pasado un estudio mostró que ya los practicantes musulmanes eran más cantidad que los practicantes católicos romanos en Francia, lo que percibe la ciudadanía al endurecer su opinión recelosa hacia el islam y lo muestra también la construcción de nuevas mezquitas y las iglesias católicas a la venta, algunas de las cuales pueden convertirse en mezquitas. Mientras tanto, el gobierno socialista apuesta a construir un islam de signo francés.
Obviamente aquí se cruzan dos tendencias. Una es el debilitamiento de la fe entre los católicos y la poca simpatía que tiene el gobierno hacia el catolicismo, y por otro, la inmigración musulmana, su política de no integrarse a la sociedad y la tolerancia con que los políticos lo aceptan, y el cálculo electoral de la izquierda multicultural para captar el voto musulmán.
Una mayoría de los franceses, según una nueva encuesta, creen que el Islam es muy influyente en la sociedad francesa, y casi la mitad ve a los musulmanes como una amenaza a su identidad nacional.
La encuesta revela una importante degradación de la imagen del Islam en Francia. Los resultados también muestran que los votantes franceses están cada vez más inquietos por la inmigración masiva desde los países musulmanes, lo que ha sido alentado por una generación de las élites políticas y culturales en Francia dedicados a la creación de una sociedad multicultural.
La encuesta realizada por el Instituto Francés de Opinión Pública (o Ifop, como se le suele llamar) y publicada por el periódico de centro-derecha Le Figaro el 24 de octubre, muestra que el 60% de los franceses creen que el Islam se ha convertido en “demasiado visible e influyente” en Francia, cifra que era 55% en una encuesta anterior hace dos años.
La encuesta también revela que el 43% de los franceses considera a la presencia de los inmigrantes musulmanes como una amenaza para la identidad nacional francesa, en comparación con sólo el 17% que dice que enriquece la sociedad.
Además, el 68% de los franceses culpan a los problemas asociados con la integración a los inmigrantes musulmanes que se niegan a integrar (por encima del 61% de hace dos años), y el 52% culpa a las diferencias culturales (frente al 40% hace dos años).
La encuesta también muestra una creciente resistencia a los símbolos del Islam. Casi dos tercios (63%) de los franceses dicen que se oponen a que las mujeres musulmanas lleven el velo o pañuelo islámico en público, frente al 59% hace dos años.
Por otra parte, la encuesta muestra que sólo el 18% de los franceses dicen que apoyan la construcción de nuevas mezquitas en Francia (frente al 33% en 1989, y el 20% en 2010).
“Nuestra encuesta muestra un mayor endurecimiento en las opiniones de los franceses“, dijo Jerome Fourquet, director del departamento de opinión de Ifop, a Le Figaro. ”En los últimos años, no ha habido una semana en la que el Islam no haya estado en el centro de las noticias por razones sociales: el velo, la comida halal, por dramáticos ataques terroristas o por razones geopolíticas”, dijo.
Francia, que es el hogar de unos seis millones de musulmanes, tiene la mayor población musulmana en la Unión Europea. En la actualidad, de hecho, hay más musulmanes practicantes en Francia que católicos romanos practicantes.
A modo de comparación, el 75% (o 4,5 millones), de los aproximadamente seis millones mayoría de musulmanes norte africanos y sub saharianos en Francia, se identifican como “creyentes”, y el 41% (o 2,5 millones) dicen que son musulmanes “practicantes, según un informe de investigación en profundidad sobre el islam en Francia publicado por Ifop en julio de 2011.
En conjunto, los datos de la investigación proporcionan evidencia empírica de que el Islam está superando al catolicismo romano como la religión dominante en Francia.
Esta tendencia se refleja también en el hecho de que se construyen mezquitas con más frecuencia en Francia que iglesias católicas; cerca de 150 nuevas mezquitas están actualmente en construcción en Francia.
Por el contrario, la Iglesia Católica ha construido sólo 20 nuevas iglesias en Francia durante la última década, y ha cerrado formalmente más de 60 iglesias, muchas de las cuales están destinadas a convertirse en mezquitas, según una investigación realizada por La Croix, un periódico católico romano con sede en París.
En las últimas semanas, las tensiones han estallado sobre la propuesta de conversión de una iglesia vacía en una mezquita en la ciudad central francesa de Vierzon. La controversia involucra a Saint-Eloi, una pequeña iglesia situada en un barrio de clase obrera que ha sido tomado por los inmigrantes procedentes de Marruecos y Turquía.
Con seis iglesias para mantener y menos fieles cada año, las autoridades católicas romanas en Vierzon dicen que ya no pueden permitirse el lujo de mantener a Saint-Eloi. Ahora quieren vender el edificio por € 170.000 (U$S 220.000) a una organización marroquí musulmana que quiere convertir la iglesia en una mezquita.
En una entrevista con la revista semanal francesa Le Nouvel Observateur, Alain Krauth, el párroco de la iglesia católica más grande en Vierzon, dijo: “La comunidad cristiana no es tan importante como lo que solía ser en el pasado. Si los musulmanes moderados compran Saint-Eloi sólo podemos estar contentos de que los musulmanes de Vierzon tengan un lugar donde celebrar su religión.” Sus comentarios fueron recibidos con indignación por los ciudadanos locales que están tratando de evitar que la iglesia se convierta en una mezquita.
Escenas similares se están sucediendo por toda Francia.
En la cercana ciudad de Poitiers, cerca de 70 miembros de un grupo de jóvenes conservadores conocido como Generación Identidad recientemente ocuparon una mezquita que se está construyendo en el distrito fuertemente musulmán de Buxerolles en la ciudad. La incursión al amanecer el 21 de octubre fue pensada como una protesta contra la creciente influencia del Islam en Francia.
Los manifestantes se subieron al techo de la mezquita (fotos aquí) y desplegaron una pancarta con la frase simbólica “732 Generación Identidad”, en referencia al año 732, cuando Carlos Martel detuvo el avance del ejército invasor musulmán al norte de Poitiers (también conocida como la Batalla de Tours)
Mientras tanto, el gobierno socialista en Francia recientemente inauguró una nueva mega-mezquita de París, como primer paso hacia la “construcción progresiva de un Islam francés”.
La nueva mezquita, situada en el norte del suburbio parisino de Cergy-Pontoise, no sólo es enorme en sus dimensiones (fotos aquí), sino también es muy visible y simbólico su minarete, que deliberadamente ha sido diseñado para cambiar el perfil de la localidad haciéndolo más alto que cualquier torre de iglesia en el barrio, y se supone que se convierta en el “nuevo símbolo del islam en Francia”.
Hablando en nombre del presidente de Francia, François Hollande en la ceremonia de inauguración de la mezquita en Cergy, el ministro del Interior francés Manuel Valls articuló la política del gobierno socialista con la construcción de nuevas mezquitas en Francia. Él declaró: “Una mezquita, cuando se erige en la ciudad, dice una cosa simple: el Islam tiene su lugar en Francia”
Fuentes: Soeren Kern para Gatestone, Signos de estos Tiempos
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