El Advenimiento del Nuevo Mundo – Palabras de Nuestra Señora
El tiempo de la realización de las profecías dadas al mundo
19 de agosto de 2012
En esta linda noche del día del Señor, El viene a alimentaros con Su Santa Palabra, para que tengáis vida Eternamente.
La Palabra de Dios es la Verdad, es la gran e inolvidable verdad.
Ella es la mayor Verdad que existe. Ella es vida, es Salvación, por esto Ella está siempre sobre el mundo, enseñando a la humanidad lo que El quiere de cada criatura.
Dios quiere la rectitud, que todo hombre sea puro y santo, por esto todos debéis Escucharlo y Obedecerlo para permanecer en El para siempre. La Voluntad de El es la que prevalece por toda la eternidad. No avanza al hombre quiere competir su fuerza con Dios, El es el vencedor. Por lo tanto, el hombre va a tener que parar su inquietud y escuchar la Palabra de Dios invitándolo a convertirse.
Mis hijos, es grande Mi alegría en poder todavía traeros los consejos de Dios, pues Soy vuestra Madre Celestial y os traigo ayuda en este tiempo de grandes y terribles cosas que sucederán.
Deseo en este tiempo vuestra atención a lo que Dios os está hablando.
Como toda madre cuida de sus hijos, Yo también como Soy la Madre de todos por Voluntad del Padre, quiero el bien de toda la humanidad.
Si vos Me escucháis hoy, sabréis vencer el mañana que se aproxima, las pruebas difíciles que tendréis que atravesar para vivir eternamente en la Gracia de Dios. Se viene acercando la hora del descenso del Divino Espíritu Santo sobre el mundo, debéis renunciar a las cosas que a vos os lleva a pecar.
Los Avisos del cielo están ahí, no los escuchan quien no lo quiere, así no podrá el hombre decir más tarde que no sabía de nada, Dios dice, saben todos los que saben, pero creen pocos los que creen. El está dándoos tiempo y vos no estáis valorando.
Los Avisos están por todas partes, como Yo predije en Fátima el día 13 de mayo de 1917 hasta hoy en el mundo entero.
El mundo no llevó en serio los avisos, no los valoró y ahora están ahí las profecías sucediendo y cosas grandes y terribles están llegando.
Yo repetí varias veces al mundo entero, pero los corazones están llenos de suciedades, cerrándose. El mundo no quiere mejorar, él solo está empeorando, día a día idolatrando más al pecado, así se cierra para siempre de la misma manera, detenida la conversión.
¡Cuántas cosas tenéis que hacer todavía Mis hijos! Vos necesitáis aumentar vuestra fe, vuestra esperanza para crecer espiritualmente y estar preparados para la hora de vuestra purificación.
Convertíos, convertíos Mis hijos, todo lo que vos necesitáis ahora es convertirse con más urgencia, el tiempo está terminando.
Queridos y amados hijos de Mi Inmaculado Corazón, os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo que os ilumina conduciéndoos para siempre con Su Luz.
Soy la Sierva del Señor, María la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
Soy la Inmaculada Concepción de María.
Soy la Mensajera de Dios y en el mensaje de hoy, El os agradece por el momento de oración y os alerta:
“Mis hijos, preparaos para la hora de vuestra purificación. Ya os di mucho tiempo para convertirse. Si permanecéis indiferentes no soportareis lo que vendrá ahora. Sabéis queridos hijos, que voy a soplar sobre el mundo el tiempo de la purificación y todo lo que está podrido caerá y solo permanecerá Mi Voluntad. Destruiré los pedestales y solo quedará lo que es de Mi Voluntad. Están en los pedestales los siete Pecados Capitales, ellos quieren destruiros cada día más.
Voy a derrumbar a los que insisten en Desafiarme, no quedará piedra sobre piedra. Daré a los corazones que se humillen la Paz.
Pondré a todos los hombres en la igualdad como tiene que ser.
No permitiré que la rebeldía continúe sobre vos.
Recordéis que Yo os amo con Amor Eterno.”
Queridos hijos, unidos vamos a meditar las Palabras de Dios Padre Eterno, el Todo Poderoso que hoy una vez más os alerta sobre el tiempo que El os dio para vuestra conversión y vos no valorasteis como era necesario valorar para crecer día a día en vuestra conversión. Debéis cuidar de vuestra misión.
La Santa Palabra de Dios os revela hoy sobre el momento en que Dios Me exaltó, Me elevó para el Cielo.
Antes de ser llevada al Cielo Yo cumplí Mi Misión, cuando El Me llamó a ser la Madre de Su Divino Hijo Jesucristo.
Ahora cumplo Mi segunda Misión que es ser Madre de la humanidad. Aquí estoy para ayudaros, vengo con amor a deciros que estáis en gran peligro y estáis necesitando de ayuda.
Yo también, cumpliendo Mi Misión en la tierra, al saber que Yo estaba encinta, luego fui a visitar a Zacarías e Isabel que también estaba encinta de San Juan Bautista, ella tenía edad avanzada y Dios le concedió la Gracia de tener todavía a un hijo.
Yo fui a estar con ella para ayudarla y ella también Me ayudó.
Al Recibirme ella quedó llena del Espíritu Santo y reconociendo la presencia del Salvador del mundo dentro de Mi Vientre, hizo el lindo Saludo.
Veáis Mis hijos, cómo es maravilloso cumplir nuestra misión, vos no podéis cruzar los brazos, es necesario ayudarse los unos a otros. Quien no ayuda, tiene el corazón cerrado, no tiene amor, no tiene alegría, no tiene tranquilidad. El Plano de Dios es perfecto y El quiere que todos seáis felices por esto El dejó bien explicado que debéis vivir en unión los unos con los otros para ser felices si vos os entregáis enteramente en las Manos de Dios.
Mis hijos, Mi misión hoy es mayor todavía, para ayudaros en este momento en que estáis preparándoos para saber soportar las pruebas difíciles.
Muy pronto seréis sorprendidos con un acontecimiento que llevará a muchos a un dolor profundo, muchos partirán de este mundo, no sabemos cuántos irán ahora, pero seáis cuantos fueren, pidamos a Dios que conceda a ellos la Gracia de la Salvación.
Todos los días tenemos que ayudar a salvar almas, rezando por ellos para que Dios se compadezca de ellas y derrame sobre ellas Su Misericordia.
Nuestra misión es luchar contra el mal, combatirlo y no cruzar los brazos hasta que todos tengan la Paz verdadera.
Estamos juntos, Madre e hijos, delante de Jesucristo pidiéndole a El que interceda delante de Dios, salvando así a los que creen en El. Nuestra misión ya está cerca de terminar en la tierra y comenzar en el Paraíso donde viviréis en la más perfecta alegría.
Mis hijos, Soy el Arca de la Tercera Alianza de Dios con vosotros, porque traigo dentro de Mí la Luz del Divino Espíritu Santo, Dios prometió enviar al mundo al Espíritu Santo antes de la segunda Venida de Jesucristo al mundo visiblemente para todos como fue la primera vez. Para la purificación del mundo vendrá el Divino Espíritu Santo y para el Juicio Final vendrá el Salvador del mundo, el Divino Rey Jesucristo.
El vendrá a libertar al mundo de toda la esclavitud del pecado.
Es esto lo que vengo a revelaros para vuestra conversión, apresuraos, ya están llegando grandes sufrimientos para el mundo.
Buscad fuerza en Dios.
Ahora os pido la Santa Misa, la Santa Eucaristía con fidelidad a Dios.
Rezad, rezad, rezad por el Santo Padre el Papa Benedicto XVI, por todo el Clero, por los religiosos y religiosas, por toda la humanidad.
Rezad por los ateos y paganos, ofreced a Dios vuestra oraciones para ayudar a los que todavía no han regresado a la Santa Iglesia, que ellos regresen lo más de prisa posible.
Rezad por la Santa Iglesia fundada por Jesucristo, unión y oración para buscar más fuerza para todos, así mismo para los que todavía no despiertan a la realidad.
Pronto sucederá la conversión en masa. Es sólo para pasar la gran tribulación. Ayudad al Santo Padre el Papa, es necesario buscar a las ovejas que se dispersaron y todavía no perciben que están lejos, muy lejos. El Santo Padre el Papa necesita de vuestras oraciones por los problemas relacionados con la salud de él.
Yo os amo mucho y os cubro con Mi Manto de Amor.
Brasileños, preparaos, preparaos, estéis seguros en las Manos de Dios.
Todas las naciones, mirad al Cielo y veáis, que encima de este cielo que vos conocéis existe el verdadero Cielo donde está el Trono de Dios, es un misterio el cual vos debéis tener más fe para después en el día del Juicio Final merecer Conocerlo y vos os alegrareis con la existencia de El.
Allá está el Trono de Dios, de este Dios que os ama con Amor Eterno.
Creáis Mis hijos, creáis y allá llegareis muy pronto.
Ahora os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Divino Espíritu Santo, la Madre de Jesucristo, el Salvador del mundo,
María, a Inmaculada Concepción.
Gracias por responder al Llamado de Dios.
Recordad, la Palabra de Dios es la Verdad, no podéis Eliminarla.
Dios quiere ayudaros, El sabe cuánto vos necesitáis la ayuda de El, pero vos necesitáis acabar con el orgullo y creer en lo que El os está avisando.
Ahora os ofrezco Mi Inmaculado Corazón como Refugio en la hora del castigo que se aproxima para el pecado.
Un gran castigo se aproxima, cuidad de vuestras almas.
Con todo el cariño y amor de Madre os deseo la Paz y llevo ante Dios vuestros pedidos.
La Paz de Nuestro Señor Jesucristo este con vosotros ahora y para siempre. Amén. La Paz.
¡Paz ! ¡Paz ! ¡Paz ! ¡Amén ! ¡Amén ! ¡Amén !
Bendito sea Dios,
Bendito sea Su Santo Nombre.
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