La importancia del sacrificio en el seguimiento de Jesús

12119095_10153134060710592_2319505370534634245_nLa Virgen destaca en el mensaje del 2 de febrero algo significativo: la importancia del sacrificio en el seguimiento de Jesús: “ustedes deben orar mucho para tener cada vez más amor y paciencia, para saber soportar el sacrificio y ser pobres de espíritu”. Entonces, la oración nos acerca a Dios, nos acerca a los Mandamientos, nos hace ver los ataques de Satanás y, del mismo modo, nos entrena espiritualmente para tener cada vez más amor y paciencia y saber soportar el valor del sacrificio y ser pobres de espíritu.
Son otras gracias que la Madre recuerda que vienen por la oración. Por lo que los mensajes de la Virgen quieren conducirnos a vivir intensamente con Dios por medio de la oración. Con la oración se entiende todo y se acepta todo con amor y paciencia, especialmente el sacrificio y este llamado nos recuerda que estamos entrando en la Cuaresma y dicho tiempo se caracteriza precisamente por la oración incesante y el ayuno. De hecho el Miércoles de Cenizas y el Viernes Santo son días de ayunos con carácter de obligatoriedad para todo católico; como son días de abstinencia de carne y placeres, todos los viernes del año que no coinciden en solemnidades, especialmente los de la Cuaresma.
Seguramente, quien más ora tienes menos problemas para ayunar a pan y agua los miércoles y viernes como lo pide la Virgen. Quien menos lo hace, sentirá el ayuno como un peso, una carga, incluso su relación con la Madre de Medjugorje. Más fácil sería otra advocación suya con menos exigencia. Pero el mal sería para él, porque el ayuno es una especie de “auto exorcismo” y nadie está exento de él, solo los enfermos, niños y ancianos y las embarazadas.