Siempre nos debemos preguntar por qué las apariciones duran tan largamente. Tal vez porque nos encontramos en un tiempo especial en el cual el Señor quiere salvarnos.
La Virgen ha dicho su nombre:
“Yo soy la Reina de la Paz”. Así podemos comprender qué es lo que quiere, lo que pide de todos: paz, reconciliación.
Marija Pavlovic contó que al tercer día de las apariciones tuvo una aparición especial, vio a la Virgen con una gran cruz negra y repitió tres veces: “Reconcíliense”.
Así pues, el primer mensaje y el más importante para todos es la invitación a la paz y a la reconciliación. Una vez, la Virgen dijo: “Conviértanse a la oración. Pero no pueden hacerlo porque sus corazones son presa del mundo material”. Por tanto, ayunando nos liberamos y paso a paso llegamos a ser más libres. La oración ayuda al ayuno y el ayuno ayuda a la oración.
Y, si comenzamos o si continuamos, éste es una camino radical hacia la paz.
Los invito en nombre de todos los videntes y en nombre de la Virgen con la que ellos hablan: “¡Ábranse!”. En estos días recibirán nuevos estímulos para su vida cristiana. Son tantos ya los que han comenzado de nuevo a orar, a vivir la paz, la reconciliación. Nosotros oramos por todos ustedes y, cuando vuelvan a casa, oren por nosotros.
El mensaje de hoy fue: “¡Queridos hijos! Hoy los invito de manera especial al combate contra Satanás por medio de la oración. Satanás quiere actuar más intensamente ahora que ustedes conocen su actividad. Queridos hijos, revístanse de la armadura contra Satanás y derrótenlo con el Rosario en la mano. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”
Nuestra Señora nos invita de nuevo a la lucha contra Satanás, Satanás no se cansa y la Virgen nos invita de nuevo a revestirnos con las armaduras y a rezar el Rosario. Desde hace un mes, cada jueves, nos invita a la lucha contra Satanás. Quiere protegernos para que se vean los frutos en nuestra vida, algo que Satanás siempre trata de impedir.
Una vez dijo: “No tengan miedo de Satanás. No hay necesidad, porque con una oración humilde y con un amor ardiente pueden desarmarlo.”
Así pues, con esta esperanza, Nuestra Señora está con nosotros. En el penúltimo mensaje dijo: “Yo los protejo con mi manto”. No dijo: “Trataré de protegerlos”, sino: “los protejo”.
Nosotros, pues, queremos seguir adelante y avanzar con la Virgen en nuestra vida.
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