15 de Noviembre de l978
¿QUIÉN ES EL MÁS FUERTE?
Hijo mío, escribe, soy Jesús que me propongo continuar la conversación sobre hechos, cosas y caos de la presente hora referentes a la humanidad pero en particular a mi Iglesia.
En estos últimos mensajes te he hablado de cómo y con qué armas el mundo invisible de los demonios ha logrado someter a sí Iglesia y pueblos y ahora prevengo la objeción de muchos, que estando las cosas así, se preguntan: entonces ¿quién es el más fuerte?
Tú sabes ya quién es el más fuerte, pero no lo saben sino pocos, la razón de estos mensajes, para que se haga luz donde hay tinieblas y se quite el velo caído ante los ojos de los hombres irreflexivos y abúlicos que han usado bien poco la luz de la razón y todavía menos aún la luz de la fe, apagada antes aún de desarrollarse, para que puedan darse cuenta de las grandes y sublimes realidades en las que están inmersos y de las cuales no han sabido aprovecharse.
Han buscado por todas partes, pero no han mirado dentro
Como un perseguido que logra escapar de los perseguidores que lo siguen y hambriento y cansado llega a una gran casa donde se refugia, ha escapado, sí, a sus perseguidores, pero ahora hambre y sed lo muerden y él busca entonces por todas partes sin encontrar nada de comer ni de beber, por lo que su situación se ha hecho difícil, pues si sale, es acorralado y si permanece dentro, está el hambre... pero él ha buscado en todas partes, ¡excepto en la "despensa", abarrotada de todo buen alimento!
Así son los hombres y los pueblos de este siglo incrédulo, ellos han buscado y hurgado por todas partes para encontrar una solución a sus problemas. Han buscado y hurgado en las ideologías políticas, en la ciencia, en nuevas filosofías, en los descubrimientos, en los viajes, en los placeres, en las revoluciones, y hasta en las guerras, pero ¡no han encontrado nada!
Ellos no han mirado dentro de la única estancia de su refugio en la tierra, la de lo sobrenatural, verdadera despensa abarrotada de todo bien capaz de saciar el hambre y la sed que los muerde interiormente.
Cuántos descubrimientos, cuántos hallazgos e invenciones, pero lamentablemente no han descubierto lo sobrenatural, de lo que sólo podían sacar todo lo que era necesario para satisfacer sus grandes aspiraciones de felicidad, de verdadera libertad, de justicia y de amor.
Pueblos e individuos han buscado la luz, pero en cambio se han hundido más en tinieblas cada vez más oscuras. Hoy pues pueblos e Iglesia están envueltos por las densísimas tinieblas de los celos, del miedo; han buscado el amor y han encontrado el odio; han buscado la paz y han encontrado guerras y revoluciones; han buscado la justicia y deben sufrir la vejación de las más sombrías injusticias... ensoberbecidos creían tener en sus manos la clave mágica de la felicidad, y en cambio se dan cuenta que están en el descontento y en la infelicidad.
Esto es lo que ha sucedido a las generaciones del siglo XX que han pretendido hacer a un lado a Dios Omnipotente, Omnisciente, Omnipresente, y no sólo hacerlo a un lado, sino poderse impunemente sustituir a Él, es más, poniéndose directamente contra Dios burlándose y organizándose con las "ligas de los sin Dios".
La Entera Humanidad implicada en la purificación
¡Se necesita propiamente ser ciego para no reconocer en este inmenso movimiento marxista materialista una toma de posición como la que hubo en el albor de los tiempos entre las potencias oscuras de las tinieblas y las Potencias de la Luz.
Por esto hijo mío, hube de decirte otras veces, que la hora de la purificación será tal que no tiene comparación en la historia de la humanidad; en efecto, en el conflicto siempre en acto entre los ángeles negros de la rebelión y los de la Luz, fieles a Dios, estará implicada la humanidad entera, no sólo la humanidad viviente en la tierra, sino "toda" la humanidad, salva en el Paraíso o perdida en el Infierno.
Hijo mío, estamos en el culmen de la más grande crisis, y precisamente mientras las apariencias te hacen ver el non plus ultra[93] de la civilización y del progreso, la realidad es bien diversa.
En otras ocasiones, hijo mío, hube de decirte que si te hiciera ver lo que está detrás de la fachada de mi Iglesia morirías por ello al instante, hoy agrego que si te hiciera ver lo que está detrás del escenario del mundo, igualmente no podrías sobrevivir ni un solo momento.
Te repito que el gigantesco y monstruoso engaño perpetrado por Satanás en perjuicio de la humanidad viviente no tiene precedentes y solamente la inmensa nube de mal que la recubre le impide darse cuenta de esta trágica realidad.
¡Oh sí, rían también los hombres, proclamen también su estúpido escepticismo ¡no hacen sino estimular en quien ve y comprende tanta amarga conmiseración!
Hijo mío, tú ves y comprendes los efectos de la soberbia, "radix omnium malorum"[94] y ves también cuánta verdad hay en las palabras del Espíritu Santo, por lo cual reza para profundizar en ti la humildad, "radix omnium bonorum"[95].
Te bendigo, hijo, y contigo bendigo a todos aquellos que caminan ante Dios en humildad de espíritu;
en verdad, en verdad te digo, éstos verán a Dios.
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