17 de Noviembre de 1978
CAOS EN LA LITURGIA
Hijo mío, es tiempo de tomar de nuevo la pluma en la mano para escribir, hablemos aún de caos, pero de caos en la Liturgia.
Los cristianos deben buscar la unidad en todas las cosas. Todo lo que los lleva a estar sólida y santamente unidos entre ellos, para ser "una sola cosa" como Yo lo soy con mi Padre, es bueno; he aquí pues la Iglesia, que por Voluntad Divina los une en una gran familia, la familia de los hijos de Dios, y en la Iglesia, para mejor solidificar y cuidar esta unión, he ahí las Diócesis y las Parroquias, y en las Diócesis y en las Parroquias la unidad es buscada, y querida y mantenida mediante la Liturgia, que es el respiro a través del cual el Cuerpo Místico alimenta la propia vida; es el medio a través del cual el Cuerpo Místico es alimentado con las Palabras de Verdad y con los Sacramentos, generadores de Gracia, es decir, de Vida Divina.
El Cuerpo Místico en sí y por sí es estupendo porque no carece de nada para conservarse, crecer y desarrollarse, dando gloria, riqueza de energías y potencia espiritual, a quien esto quiere…
La Iglesia es, sí, perfecta, pero no está exenta de las insidias de las potencias del mal, que no dejan nada de intentar para llevar desorden, desviaciones, abusos, envidias, celos y otros males, todos aptos para crear caos, por lo que en mi Santuario, la Liturgia, de medio de unidad, bajo el influjo de la soberbia, que es siempre radix omnium malorum,[99] se convierte en medio de división.
presunción y rebelión
He aquí un cisma que parte de razones litúrgicas, aunque debajo de éstas anidan otras;
en la distribución de la Santa Comunión la presunción y la rebelión se ponen de inmediato en acción: un consejo de Obispos prohibe dar la Hostia en las manos y también otros organismos autorizados, como el Vicariato de Roma... pero en Roma y en otros lugares se continúa desobedeciendo, quebrantando así la unidad litúrgica;
la Comisión Litúrgica dicta disposiciones acerca de la celebración de los Sagrados Ritos… pero no todos se atienen a ellas, al contrario... pero si luego se quiere ver cómo se quebranta la unidad litúrgica, que forma parte de la más completa unidad eclesial, ¡basta observar cómo son administrados los Sacramentos!
Una clara disposición del Consejo Episcopal Italiano establece que el sacerdote en el ejercicio de su ministerio debe vestir la vestidura talar... Esta es una infracción litúrgica habitual, pues ningún sacerdote hoy antes de confesar, dar la Comunión o bautizar se pone vestidura talar;
la justificación es que así lo hacen todos... como si uno dijera, dado que todos ofenden y desobedecen a sus padres lo puedo hacer también yo... ¡este no es precisamente un buen razonamiento por parte de quien debería ser maestro de Sabiduría!
¡Se va al confesonario en mangas de camisa y a veces hasta en camiseta sin mangas!
Como ves, me he limitado a las infracciones comunes con las que la liturgia es desmembrada como un cadáver sin vida.
¡Qué decir además de las Santas Misas celebradas a tiempo de récord!... sacerdotes que habitualmente empleaban OCHO minutos para la celebración de la Misa… otros DOCE o CATORCE…
¡El acto Más importante del Culto, el acto más solemne de la Liturgia realizado "peor" que cualquier otra acción humana!
Ciertamente que este modo de actuar no concurre eficazmente a lograr aquella unidad espiritual auspiciada y querida por Dios... ¡Ni se diga que éstas son excepciones que no se deben tomar en cuenta, por que en toda la Iglesia estas excepciones son tantas que no se pueden en absoluto desatender!
Liturgia, un lenguaje eficaz y potente
Caos, por lo tanto, también en la Liturgia…
Oh, si todos mis Sacerdotes tuvieran conciencia de su grandeza sacerdotal... de su dignidad de la cual no hay ninguna otra que la pueda igualar en la tierra, cuántas almas más traerían a Mi Corazón Misericordioso!
La Liturgia, con sus símbolos y con sus figuras es un lenguaje eficaz y potente que desciende al corazón de quien asiste, si quien la realiza lo hace con espíritu de Fe y de convicción.
¡Cuántas veces mis Angeles, presentes siempre numerosos en las solemnes funciones litúrgicas, se estremecen cuando se ven obligados a constatar las gélidas condiciones interiores de los sacerdotes que actúan no por Fe y no por Amor, sino por una fina y abyecta hipocresía!
También aquí sólo un pequeño esbozo sobre un aspecto de Mi Iglesia, que si bien bajo el peso de tantos males, ¡resiste y resistirá el formidable choque conclusivo que sus enemigos están preparando con la necia y pérfida colaboración de tantos hijos míos degenerados!
Una vez más te repito que no está lejano el día en el que como Paloma cándida y pura la Iglesia volverá a ser para su Jesús la Esposa de la que habla el Cantar de los Cantares.
Basta, hijo mío, te bendigo y contigo bendigo a todos los que te son cercanos y colaboran contigo para la Gloria de Dios y para la salvación de las almas.
Tú permanece siempre como "mi pequeña pluma despuntada" al servicio de la Verdad.
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