- No confundáis a la grey y no os confundáis vosotros.
- Obispos: ¿sabéis cómo se siente un católico cuando se juega el tipo en defensa de Cristo y contempla cómo sus pastores le riñen y se colocan de parte del poder político?
- Monseñor Osoro y el Bus de Hazte Oír: la oveja puede ser pinta, pero no es el lobo.
- Las dos reglas para dar al César lo que es del César: Nosotros tomaremos nuestra religión de Roma pero nuestra política del infierno.
- Y San Luis de Francia prohibió a los obispos franceses hacerse con los bienes de personas excomulgadas.
Sí, la Iglesia suele meter la pata en política. Pero no la mete cunado les recuerda a los políticos sus deberes morales, no sus deberes políticos. En cualquier caso, la Conferencia Episcopal Española (CEE) lleva mucho tiempo secuestrada por el Partido Popular, según la ligeramente estúpida teoría del mal menor y del miedo a los rojos. Al final, el PP es un partido masónico de derechas, lo que resulta tan nocivo para el cristianismo como un partido masónico de izquierdas.
En Canarias los obispos no han actuado mal. Ahora bien, no puede ser que el obispo de Las Palmas organice una misa de desagravio y el PP, por el contrario, aplauda la blasfemia del mamarracho ‘drag queen’ y al ganador. Este es el momento en el que la jerarquía debía plantarse ante el PP y decirle: hasta aquí hemos llegado: un cristiano no puede votar a quien protege y promociona la blasfemia.
Porque, al parecer, hemos olvidado que el Bus no es sino una respuesta -y utilizando los mismos términos, sólo que al revés- de las aberrantes normas de doña Cristina Cifuentes, presidenta pepera de la Comunidad de Madrid. Es Cifuentes quien obliga, con la entusiasta aquiescencia del resto de partidos políticos, a que en colegios públicos y privados de Madrid se enseñe a los niños que el sexo no les viene dado y que los niños pueden tener pene o vulva y las niñas vulva o pene.
Y entonces es cuando monseñor Carlos Osoro, cardenal arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episopal Española (en la imagen), rodeado por, cómo no, Cristina Cifuentes y por el secretario general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo ataca (sí, sin citar, pero ataca) a Hazte Oír y de esta forma defiende a Cifuentes, allí, de cuerpo presente… y vigilando.
Porque, además, monseñor Osoro, en materia doctrinal el que calla otorga. Y si la Iglesia calla y usted desprecia la iniciativa de Hazte Oír y se deja fotografiar con Cifuentes, sin criticar lo más mínimo al político por adoctrinamiento sexual de nuestros hijos, entonces usted está apoyando al lobo y condenando a la oveja.
¿Y qué decir del secretario general de la Conferencia,
Gil Tamayo, el hombre que, cuando Cifuentes envió
al fiscal al director del Colegio Juan Pablo II (afortunadamente no lo consiguió) salió riñendo… ¡
al director del colegio!, en lugar de la presidenta pepera?
Recuerden las dos reglas de oro para dar cumplimiento a la máxima evangélica de dad al César lo que es del César.
Una es la de los independentistas irlandeses cuando a los obispos les presionaron para que aceptaran el yugo británico (asimismo, en nombre de la paz y de la misericordia): “Nosotros tomaremos nuestra religión de Roma pero nuestra política del infierno”.
En sentido sólo aparentemente opuesto, porque es lo mismo destaca la actitud de San Luis IX de Francia quien prohibió a los obispos franceses hacerse con los bienes de personas excomulgadas.
Obispos: ¿sabéis cómo se siente un católico cuando se juega el tipo en defensa de Cristo y contempla cómo sus pastores, que deberían predicar con el ejemplo, le riñen y se colocan de parte del poder político?
Prelados españoles: romped con el PP. De forma abrupta, si fuera necesario. No confundáis a la grey y no os confundáis vosotros.
Eulogio López
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