730
+ Durante estos ejercicios espirituales te tendré incesantemente
junto a Mi Corazón para que conozcas mejor Mi misericordia que tengo para los
hombres y, especialmente, para los pobres pecadores.
731 El día del comienzo de los
ejercicios espirituales, vino a verme una de las hermanas que había llegado
para pronunciar los votos perpetuos y me confió que no tenía ninguna confianza
en Dios, y que le desanimaba cualquier cosa.
Le contesté: Ha hecho bien,
hermana, al decírmelo; voy a rogar por usted.
Y le dije algunas palabras sobre cuánto duele a Jesús la falta de
confianza y especialmente si es por parte de un alma elegida. Me dijo que a partir de los votos perpetuos
se ejercitaría en la confianza. Ahora sé
que incluso a las almas elegidas y adelantadas (156) en la vida religiosa o
espiritual, les falta el ánimo para confiar totalmente en Dios. Y eso sucede porque pocas almas conocen la
insondable misericordia de Dios, su gran bondad.
732
+ La gran Majestad de Dios que
me ha penetrado hoy y sigue penetrando, ha despertado en mi un gran temor, pero
un temor reverencial y no un temor servil que es muy distinto del temor
reverencial. El temor reverencial ha
surgido hoy en mi corazón del amor y del conocimiento de la grandeza de Dios y
esto es un gran gozo para el alma. El
alma tiembla frente a la más pequeña ofensa de Dios, pero esto no le perturba
ni le empaña la felicidad. Donde impera
el amor, allí todo va bien.
733
Me sucede, mientras escucho la
meditación [247], que una palabra me introduce en una más estrecha unión con el
Señor y no sé lo que está diciendo el Padre.
Sé que estoy junto al misericordiosísimo Corazón de Jesús, todo mi
espíritu se hunde en Él, y en un solo momento conozco (157) más que durante
largas horas de búsquedas intelectuales o de meditación. Son relámpagos repentinos de luz que me
permiten conocer una cosa tal y como Dios la ve, tanto en los asuntos del mundo interior como también en los del
mundo exterior.
734
Veo que Jesús Mismo actúa en mi
alma durante estos ejercicios espirituales, yo trato solamente de ser fiel a su
gracia. He confiado totalmente mi alma a
la influencia de Dios, este Soberano celestial ha tomado mi alma en la posesión
absoluta; siento que estoy elevada más allá de la tierra y del cielo, hacia la
vida interior de Dios, donde conozco al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
pero siempre en la unidad de su Majestad.
735
+ Me encerré en el cáliz de
Jesús para consolarlo continuamente.
Hacer todo lo que está en mi poder para salvar a las almas, hacerlo a
través de la oración y el sufrimiento.
(158) + Trato de ser siempre para Jesús como una Betania [248], para
que pueda descansar después de muchas fatigas.
En la Santa Comunión, mi unión con Jesús es tan estrecha e indecible que
aunque quisiera describirla, no sabría porque no encontraría expresiones
apropiadas.
736
Esta noche vi a Jesús con el
aspecto que tenía en su Pasión: tenía
los ojos levantados hacia su Padre y rezaba por nosotros.
737
A pesar de estar enferma decidí
hacer hoy, como de costumbre, la Hora Santa.
En esta hora vi a Jesús flagelado junto a la columna. Durante este terrible tormento Jesús rezaba y
un momento después me dijo: Son pocas las almas que contemplan Mi
Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi
Pasión, les concedo el mayor número de gracias.
738
+ No eres capaz de recibir ni siquiera Mis gracias sin Mi ayuda
particular – tu sabes lo que eres.
739
(159) Hoy, después de la Santa
Comunión, he hablado muchísimo a Jesús de las personas que me son particularmente
queridas. Entonces oí estas
palabras: Hija Mía, no te esfuerces con tal locuacidad. A quienes amás de modo particular, también Yo
los amo de manera especial y por
consideración a ti los colmo de Mis gracias.
Me agrada cuando Me hablas de ellos, pero no lo hagas con esfuerzos
excesivos.
740
+ Oh Salvador del mundo, me uno
a Tu misericordia. Oh Jesús mío, uno
todos mis sufrimientos a los Tuyos y los deposito en el tesoro de la Iglesia
para el provecho de las almas.
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