521
El sábado volvimos ya de
Cracovia a Vilna. En el camino pasamos
por Czestochowa. Cuando recé delante de
la imagen milagrosa, sentí que eran
SEGUNDO CUADERNO
Cantaré por la eternidad la
misericordia del Señor
La Divina Misericordia en mi
alma
DIARIO
Sor M. Faustina
(1) + JMJ
522 + Cantaré eternamente la
misericordia del Señor
Delante de todo el pueblo,
Ya que éste es el mayor atributo de Dios
Y para nosotros un milagro continuo.
Brotas de la Divina
Trinidad,
Pero de un único seno
amoroso;
La misericordia del Señor
aparecerá en el alma
En toda su plenitud,
cuando caiga el velo.
De la fuente de Tu misericordia, oh Señor,
Fluyen toda felicidad y toda vida;
Y así, todas las criaturas y todas las cosas
Cantad con éxtasis el himno de la misericordia.
Las entrañas de la Divina
Misericordia abiertas
Para nosotros,
Por la vida de Jesús
extendido en la cruz;
No deberías dudar ni
desesperar, oh pecador,
Sino confiar en la
misericordia,
Porque tú también puedes
ser santo.
Dos manantiales brotaron en forma de rayos,
Del Corazón de Jesús,
No para los ángeles, ni querubines, ni serafines,
Sino para salvar al hombre pecador.
(2) +
JMJ
523 Oh voluntad
de Dios Sé mi amor.
Oh
Jesús mío, Tu sabes que por mi misma no hubiera escrito ni una sola letra y si
escribo es por una clara orden de la santa obediencia [189].
Dios y las almas
Sor M. Faustina
del Santísimo sacramento [190]
524 +
Oh Jesús, Dios oculto,
Mi corazón Te siente,
Aunque Te cubren los velos,
Tú sabes que Te amo.
525
(3) +
Vilna, 24 XI 1935
JMJ +
Segundo cuaderno
Dios sea adorado
Oh Santísima Trinidad, en la que esta encerrada la vida interior de
dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, oh gozo eterno, inconcebible abismo de amor
que Te derramás sobre todas las criaturas y las haces felices, honor y gloria a
Tu nombre por los siglos de los siglos.
Amen.
Cuando conozco Tu grandeza y Tu belleza, oh Dios mío, me alegro
indeciblemente por ser tan grande el señor a quien sirvo. Con amor y alegría cumplo su santa voluntad y
cuanto más lo conozco, tanto más ardientemente deseo amarlo. Me quema el deseo de amarlo cada vez más.
526 (4) + El 14. Este jueves, mientras hacíamos la adoración
nocturna [191], al principio no pude rezar, una aridez se adueñó de mí; no pude
contemplar la dolorosa Pasión de Jesús, pero me postré en cruz y ofrecí la
dolorosa Pasión del Señor Jesús al Padre Celestial como satisfacción por los
pecados del mundo entero. Al
levantarme del suelo después de aquella plegaria y al volver a mi reclinatorio,
de repente vi a Jesús junto a él. El
Señor Jesús con el mismo aspecto que tenía durante la flagelación, en la mano
tenía la túnica blanca con la que me vistió y un cinturón con el que me ciñó y
me cubrió con un manto rojo igual al que le cubría a Él en la Pasión, y un velo
del mismo color y me dijo: Tu y tus
compañeras tendrán un habito igual; Mi vida desde el nacimiento hasta la muerte
en la cruz será su regla. Contémplame y
vive según esto; deseo que penetres más profundamente en Mi espíritu (5) y [tengas
presente] que soy manso y humilde de
Corazón.
527
Una vez sentí en el alma un
apremio para que me pusiera a la obra y cumpliera todo lo que Dios exigía de
mí. Entré un momento en la capilla, oí
esta voz en el alma: ¿Por qué tienes miedo? Piensas que Me faltará la omnipotencia para
ayudarte? Y [en] aquel momento sentí
en el alma una extraña fuerza y me parecieron nada todas las contrariedades que
me habrían podido suceder [en] el cumplimiento de la voluntad de Dios.
528
El viernes, durante la
Santa Misa, siendo mi alma inundada por la felicidad de Dios, oí en el alma
estas palabras: Mi misericordia pasó a las almas a través del Corazón divino – humano
de Jesús, como un rayo de sol a través del cristal. Sentí en el alma y comprendí que cada
acercamiento a Dios nos fue dado por Jesús, en Él y por Él.
529
(6) El día en que terminó
la novena en Ostra Brama, al anochecer [192], cantadas las letanías, uno de los
sacerdotes trajo el Santísimo sacramento en la custodia; cuando lo puso en el
altar, en seguida vi al pequeño Niño Jesús que tendía las manitas hacia su
Madre que en aquel momento tenía un aspecto vivo. Mientras la Virgen me hablaba, Jesús tendía
las manitas hacia el pueblo reunido. La
Virgen Santísima me dijo aceptar todas las exigencias de Dios como una niña
pequeña sin averiguar nada, lo contrario no agrada a Dios. En el mismo instante el Niño Jesús
desapareció y la Virgen perdió el aspecto vivo y la imagen quedo como era
antes, pero mi alma fue colmada de gozo y de gran alegría y dije al Señor: Haz de mi lo que Te agrade, estoy dispuesta a
todo, pero Tu, oh Señor, no Te alejas de mi ni por un momento.
(7) +
530
JMJ En honor de
la Santísima Trinidad
Pedí a la Madre Superiora [193] el
ayuno de cuarenta días, tomando una vez al día una rebanada de pan y un vaso de
agua; sin embargo la Madre Superiora no me dio permiso para cuarenta días, sino
para siete días, de acuerdo con la opinión del confesor [194]. “No puedo exonerarla del todo de las tareas,
debido a que otras hermanas podrían notar algo; hermana, yo le doy permiso de
dedicarse, en la medida en que pueda, a la plegaria y de tomar apuntes de
algunas cosas, pero me será más difícil arreglar lo del ayuno, de verdad, aquí
no logro inventar nada.” Y dijo:
Retírese, hermana, quizá me ilumine alguna luz.
En la mañana del domingo comprendí interiormente que cuando la Madre
Superiora me había destinado a la puerta a la hora de comer, pensó en darme la
oportunidad de ayunar. Por la mañana no fui
a desayunar, pero poco después fui (8) a la Madre Superiora y pregunté: Si estoy en la puerta será fácil no llamar la
atención con mi persona. Y la Madre
Superiora me contestó: Cuando la
destinaba [195] pensaba en esto. En
aquel momento comprendí que el mismo pensamiento yo lo había sentido dentro de
mí.
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