En Varsovia, cuando entré por la puerta [del convento], el espíritu
desapareció; agradecí a Dios por su bondad, por darnos a los ángeles como
compañeros. Oh, qué poco piensa la gente
en que tiene siempre a su lado a tal huésped y, a la vez, un testigo de
todo. ¡Pecadores!, recuerden que tienen
un testigo de sus acciones.
631
Oh Jesús mío, Tu bondad supera
toda inteligencia y nadie agotará Tu misericordia. Perdición para (88) el alma que quiere
perderse, porque para quien desea salvarse, para él es el mar inagotable de
misericordia del Señor; ¿cómo puede un recipiente pequeño contener en si un mar
insondable?....
632
Cuando me despedía de las
hermanas y estaba ya por partir, una de las hermanas, me pidió mucho que la
perdonara por haberme ayudado tan poco en mis deberes, y no solamente por no
haberme ayudado en mis deberes, sino que por haber tratado siempre de
hacérmelos difíciles. Sin embargo yo
dentro de mí la consideraba mi gran bienhechora porque me había ejercitado en
la paciencia. Me ejercitaba hasta tal
punto que una de las hermanas de mayor edad se expresó así: Sor Faustina es estúpida o santa, porque, a
decir verdad, una personal normal no soportaría que alguien le llevara siempre
la contraria. Yo sin embargo (89) me
acercaba siempre a ella con amabilidad.
Aquella hermana se empeñaba tanto en hacerme difícil el cumplimento de
mis deberes que, a pesar de mis esfuerzos, más de una vez consiguió estropear
algo de lo que estaba bien hecho, como ella misma confesó en la despedida,
pidiéndome mil disculpas. Sin querer
analizar sus intenciones, tomé la cosa como una prueba de Dios…
633 Me extraña muchísimo como es
posible tener una envidia tan grande.
Yo, viendo el bien de alguien, me alegro como si yo misma lo tuviera, la
alegría de los demás es mi alegría y el sufrimiento de los demás es mi
sufrimiento, porque si no fuera así no me atrevería relacionarme con
Jesús. El espíritu de Jesús es siempre
simple, apacible, sincero; cada malicia, envidia, falta de bondad ocultada bajo
una sonrisa de afabilidad es un diablito inteligente; una palabra dura pero que
proviene del amor sincero, no hiere al corazón.
634
(90) 22 III 1936. Al llegar a Varsovia, entré un momento en la
pequeña capilla para agradecer a Jesús por el viaje feliz y pedí al Señor la
ayuda y la gracia en todo lo que me esperaba, sometiéndome en todo a su santa
voluntad. Oí estas palabras: No
tengas miedo de nada, todas las dificultades servirán para que se realice Mi
voluntad.
635 El día 25 de marzo. Durante la meditación matutina me envolvió la
presencia de Dios de modo singular, mientras reflexionaba sobre la grandeza
infinita de Dios y, al mismo tiempo, sobre su condescendencia hacia la
criatura. Entonces vi a la Santísima
Virgen que me dijo: Oh, cuán agradable es para Dios el alma que sigue fielmente la inspiración
de su gracia. Yo di al mundo el Salvador
y tu debes hablar al mundo de su gran misericordia y preparar al mundo para su
segunda (91) venida. Él vendrá, no como
un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué terrible es ese día. Establecido está ya es el día de la justicia,
el día de la ira divina. Los ángeles
tiemblan ante ese día. Habla a las almas
de esa gran misericordia, mientras sea un el tiempo para conceder la
misericordia. Si ahora tu callas, en
aquel día tremendo responderás por un gran número de almas. No tengas miedo de nada, permanece fiel hasta
el fin, yo te acompaño con mis sentimientos.
636
Cuando llegué a Walendów, una
de las hermanas [233] al saludarme dijo:
Como usted, hermana, ha venido aquí, entonces todo irá bien ahora. Le pregunté:
¿Por qué lo dice usted, hermana?
Y ella me contestó que lo sentía dentro de si. Aquella alma estaba llena de sencillez y era
muy agradable al Corazón de Jesús.
Efectivamente aquella casa estaba en una extrema situación económica
[234]… No voy a mencionar todo aquí.
637 (92) La confesión. Mientras me preparaba a la confesión, dije a
Jesús escondido en el Santísimo Sacramento:
Jesús Te pido, háblame por la boca de este sacerdote [235] y para mí la
señal será ésta: él, naturalmente, no sabe nada de que Tú, Jesús, exiges de mí
esta fundación de la misericordia; pues, que me diga algo sobre esta
misericordia. Cuando me acerqué al
confesionario y empecé la confesión, el sacerdote me interrumpió la confesión y
empezó a hablarme de la gran misericordia de Dios con tanta fuerza que nunca
antes escuché hablar así, y me preguntó:
¿Sabes que la misericordia del Señor está por encima de todas sus obras,
que es la corona de sus obras? Escucha
atentamente aquellas palabras que el Señor me decía por la boca de aquel
sacerdote. Aunque creo que siempre en el
confesionario Dios habla por la boca del sacerdote, no obstante en aquel
momento lo constaté de modo singular.
(93) A pesar de que no revelé nada de la vida de Dios que había en mi
alma y me acusé solamente de las faltas, no obstante aquel sacerdote me habló
mucho de lo que había en mi alma y me comprometió a la fidelidad a las
inspiraciones de Dios. Me dijo: Estás caminando por la vida con la Santísima
Virgen que contestó con fidelidad a cada inspiración de Dios. Oh Jesús mío, ¿quién logra comprender Tu
bondad?
638
Oh Jesús, aleja de mí los
pensamientos que no concuerdan con tu voluntad.
Veo que nada más me retiene a esta tierra sino esta obra de la
misericordia.
639
Jueves. Durante la adoración de la tarde, vi. a Jesús
flagelado y martirizado que me dijo: Hija Mía, deseo que dependas del confesor
en las cosas más pequeñas. Tus más
grandes sacrificios no Me agradan si los hacen sin el permiso (94) del confesor y al contrario, el más pequeño
sacrificio tiene una gran importancia a Mis ojos si tiene el permiso del
confesor. Las más grandes obras no
tienen importancia a Mis ojos si son fruto del propio arbitrio y muchas veces
no concuerdan con Mi voluntad, mereciendo más bien un castigo y no un premio;
mientras la más pequeña acción tuya con el permiso del confesor es agradable a
Mis ojos y Me es intensamente querida.
Convéncete de esto para siempre, vigila sin cesar porque todo el
infierno se empeña en contra de ti a causa de esta obra, ya que muchas almas se
alejarán de la boca del infierno y glorificarán Mi misericordia. Pero no tengas miedo de nada, porque Yo estoy
contigo; debes saber que por ti misma no puedes nada.
640
El primer viernes del mes,
antes de la Comunión, vi un gran copón (95) lleno de Hostias consagradas. Una mano me lo puso enfrente este copón y lo
tomé en la mano, había en él mil Hostias vivas.
Luego oí una voz: Estas Hostias han sido recibidas por las
almas a las cuales has impetrado la gracia de una sincera conversión durante
esta Cuaresma. Eso fue una semana
antes del Viernes Santo. Pasé aquel día
en un profundo recogimiento interior, anonadándome para el provecho de las
almas.
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