6661
En la vida espiritual siempre
me tendré de la mano del sacerdote. De
la vida del alma y de sus necesidades hablaré solamente con el sacerdote.
662
(119) + 4 de agosto de
1936. Un tormento interior de más de dos
horas. Una agonía… De repente me penetra la presencia de Dios,
siento que paso bajo el poder del Dios justo, esta justicia me penetra hasta la
medula de los huesos, exteriormente pierdo las fuerzas y el conocimiento. Súbitamente conozco la gran santidad de Dios
y mi gran miseria, en el alma nace un tormento tremendo, el alma ve todas sus
obras que no son sin mancha. Después en
el alma se despierta la fuerza de la confianza…. Y el alma con todas sus
fuerzas anhela a Dios, pero ve lo miserable que es y lo mísero que es todo lo
que la rodea. Y así, frente a aquella
santidad, oh, pobre alma….
663
13 de agosto. Durante el día entero estuve atormentada por
terribles tentaciones, me venían a la boca blasfemias, una aversión a todo lo
santo y divino; no obstante luché todo el día; por la noche comenzó a
aplastarme la idea: ¿Por qué hablar de
ello al confesor?, (120) él se reirá de esto.
Alguna aversión y un desaliento envolvieron mi alma y me parecía que en
tal estado no podía acercarme de ningún modo a la Santa Comunión. Al pensar que no iba a acercarme a la Santa
Comunión, un dolor tan tremendo estrechó mi alma que faltó poco para que
gritara en voz alta en la capilla. No
obstante me di cuenta de que estaban otras hermanas y decidí ir al jardín y
esconderme para poder al menor llorar fuerte.
De repente Jesús
664
se presentó junto a mí y
dijo: ¿A dónde piensas ir? No
contesté nada a Jesús, pero desahogué ante Él todo mi dolor y cesaron todas las
insidias de Satanás. Jesús me dijo que: La paz
interior que tienes es una gracia, y desapareció súbitamente. Yo me sentía feliz y extrañamente
tranquilizada. De verdad, solo Jesús,
Él, el Señor Altísimo, puede hacer que en un momento vuelva una tranquilidad tan
completa.
665 (121) +
7 de agosto de 1936
Cuando recibí este artículo [241] sobre la Divina Misericordia junto
con la imagen [242], la presencia de Dios me envolvió de modo singular. Cuando me sumergí en la oración de
agradecimiento, de repente vi al Señor Jesús en una gran claridad tal y como
está pintado y a los pies de Jesús vi al Padre Andrasz y al Padre Sopocko, los
dos tenían plumás en la mano y de las puntas de ambas plumás salían
resplandores y fuego semejantes a un relámpago que tocaba a una gran multitud
de gente que corría no sé a dónde.
Apenas [alguien] era alcanzado por aquel rayo, daba la espalda a la
muchedumbre y tendía los brazos a Jesús; algunos volvían con gran alegría y
otros con gran dolor y pena. Jesús
miraba con gran amabilidad a los dos. Un
momento después me quedé a solas con Jesús y le dije: Jesús, llévame ahora, porque Tu voluntad ya
está cumplida, y Jesús me contestó:
(122) Todavía no toda Mi voluntad
se ha cumplido en ti, sufrirás todavía mucho, pero Yo estoy contigo, no tengas
miedo.
666 Hablo mucho con el Señor del
Padre Andrasz y también del Padre Sopocko; sé que lo que pido al Señor, no me
lo niega y les concede lo que le pido.
He sentido, y sé, cuánto Jesús los ama; no lo describo con detalles,
pero lo sé y me alegro enormemente.
+ 15 de agosto de 1936
667
Durante la Santa Misa celebrada
por el Padre Andrasz, un momento antes de la elevación, la presencia de Dios
penetró mi alma y que fue atraída hacia el altar. Luego vi a la Santísima Virgen con el Niñito
Jesús. El Niño Jesús se tenía de la mano
de la Virgen; en un momento el Niño Jesús corrió alegremente al centro del
altar, y la Santísima Virgen me dijo: Mira, con qué tranquilidad confío a Jesús en
sus manos, así también tú debes (123) confiar tu alma y ser como una niña
frente a Él. Después de estas
palabras mi alma fue llenada de una misteriosa confianza. La Santísima Virgen vestía una túnica blanca,
singularmente blanca, transparente, sobre la espalda tenía un manto
transparente de color del cielo, es decir como el azul, la cabeza descubierta,
el cabello suelto; esplendida e indeciblemente bella. La Santísima Virgen miraba al sacerdote con
gran benevolencia, pero un momento después el Padre partió este esplendido Niño
y salio sangre verdaderamente viva; el sacerdote se inclinó y tomó en si a
Jesús vivo y verdadero. Lo comió, no sé
cómo esto sucede. Oh Jesús, Jesús, no
alcanzo a seguirte, porque Tú en un momento Te haces inconcebible para mí.
668 La esencia de las virtudes es
la voluntad de Dios; quien cumple fielmente la voluntad de Dios, se ejercita en
todas las virtudes. En todos los casos y
todas las circunstancias de la vida adoro y bendigo la santa voluntad de
Dios. La santa voluntad de Dios es el
objeto de mi amor. (124) En los más
secretos rincones de mi alma vivo de su voluntad y por fuera obro en la medida
en que conozco interiormente que tal es la voluntad de Dios. Los tormentos, los sufrimientos, las
persecuciones y todo tipo de contrariedades que vienen de la voluntad de Dios,
me son más agradables que los éxitos, los elogios y las alabanzas que vienen de
mi voluntad.
669
Oh Jesús mío, buenas noches, la
campanilla me llama a dormir. Oh Jesús
mío, ves que estoy agonizando por el deseo de la salvación de las almas; buenas
noches, Esposo mío, me alegro de estar un día más cerca de la eternidad, y si
mañana me permites despertarme, oh Jesús, iniciaré un nuevo himno a Tu gloria.
670
+ 13 de julio. Hoy, durante la meditación entendí que no
debo hablar nunca de mis propias vivencias interiores; pero no ocultar nada al
director espiritual. Pediré a Dios especialmente
la luz para el director (125) de mi alma.
Doy más importancia a la palabra del confesor que a todas las
iluminaciones interiores que recibo.
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