(ACI Prensa) Así, en la última semana antes de comenzar el tiempo litúrgico de Adviento dijo: «No gusta pensar en estas cosas» pero «es la verdad». «Y cuando uno de nosotros se haya ido, pasarán los años y casi ninguno nos recordará», dijo en la homilía que realizó en la misa matutina en la Casa Santa Marta.
Francisco reveló que tiene una «agenda» «donde escribo cuando muere una persona» y cada día ve «como ha pasado el tiempo». «Y esto nos obliga» a observar «el camino» de nuestra vida.
«Nos hará bien pensar: ‘¿Cómo será el día en el que estaré ante Jesús?’ Cuando Él me pregunte sobre los talentos que me ha dado, qué he hecho con ellos; cuando Él me pregunte cómo ha sido mi corazón cuando ha caído la semilla, como un camino o como las espinas: esas parábolas del Reino de Dios. ¿Cómo he recibido la Palabra? ¿Con corazón abierto? ¿La he hecho germinar por el bien de todos o lo he escondido?».
El Pontífice subrayó que cada uno estará delante de Jesús en el día del juicio y pidió a los fieles que no se dejen «engañar». Es un engaño que tiene que ver con la «alienación», el engaño de «vivir como si nunca tuviéramos que morir».
«Cuando venga el Señor, ¿cómo me encontrará? ¿Esperando o en medio de tantas alienaciones de la vida?».
«Me acuerdo que de niño, cuando iba al catecismo, nos enseñaban cuatro cosas: muerte, juicio, infierno o gloria. Después del juicio hay esta posibilidad», comentó.
«Pero Padre, esto es para asustarse». «No, ¡es la verdad! Porque si tú no curas el corazón para que el Señor esté contigo y tú vives alejado siempre del Señor, quizás existe el peligro, el peligro de continuar así alejado para la eternidad del Señor. ¡Y esto es muy feo!».
Francisco recordó las palabras de la Escritura «sean fieles hasta la muerte y les daré la corona de la vida». «La fidelidad del Señor: esto no desilusiona. Si cada uno de nosotros es fiel al Señor, cuando venga la muerte, diremos como San Francisco de Asís: ‘hermana muerte, ven’, no se asusta».
«Y cuando sea el día del juicio, miraremos al Señor: ‘Señor, tengo tantos pecados, pero he buscado ser fiel’. Y el Señor es bueno. Este consejo les doy: ‘Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida’. Con esta fidelidad no tendremos miedo al final, en nuestro final no tendremos miedo el día del juicio».
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