29-09-09
Jesús: Pensad en la Jerusalén futura. Pensad en la Jerusalén Celeste, que bajará del Cielo, engalanada como una novia.168 Significa el Reinado de Cristo. Significa que así como la Jerusalén Celeste reina en el Cielo, reinará un día en la tierra. Entre el cielo y la tierra, que no haya diferencia. Viviréis los hombres en la tierra como un preludio del cielo. Es una Iglesia abierta al cielo, en comunicación divina, en Comunión íntima y absoluta con los Santos, Ángeles del cielo. En íntima comunión con Dios, con la Santísima Trinidad y la Virgen, su Madre. Es como aquel día tú viste un Templo abierto hacia arriba, sin techo y cuyas paredes llegaban al cielo. Luminoso y amplio, sencillo y puro. Imagínate un tiempo en el que la antigua tierra haya pasado.169 Un tiempo futuro, no muy lejano. La tierra, con sus sinsabores, tal y como la recuerdas, no existirá más. Los hombres se amarán. El pecado no reinará. El antiguo rey del mundo será destronado y desaparecerá perdiendo su poder.
Virgen: ¡Lloro! ¡Lloro por los posibles condenados! Jesús: Porque antes de la Jerusalén Terrestre, tenéis que pasar por la Gran Tribulación.170 La Gran Tribulación... En la que muchos perderán la vida, la vida eterna, eternamente. Porque la prueba será muy dura para mis santos. Dime, Marga: ¿quieres sufrir aún más? Sí. Todo lo que Tú creas necesario. Si es así, aguanta otro poquito más. Lograremos salvar más almas para los días de la Gran Tribulación. Necesito salvar más almas, ¡más almas! Necesito salvar más almas. Y vosotros, mis peones-arquitectos, me construís, con vuestros sudores, la Jerusalén terrestre desde ahora. ¡Sí... Yo os necesito! ¡Preparaos! ¡Preparaos! Y Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Amén.
168 Cfr. Ap 21,2.
169 Cfr. Ap 21,1; Is 15,17; 2 P 3,13.
170 Cfr. Mt 24,21; Ap 7,14; Dn 12,1.
30-09-09
Jesús: ¡Marga! Te necesito urgentemente. Sí. Se necesita tu papel tanto en la Iglesia de España como en el mundo. Y el Demonio lo sabe, por eso pretende aplastarte el cuello y dejarte inmovilizada. ¡No! ¡Lucha contra ello! En lugar de asomarte para observar el paisaje oscuro y lúgubre que te presenta, asómate para mirar el mío. (Veo que estoy en una casa de campo y abro una ventana. La estancia se inunda de luz. Es una campiña verde, con mucho sol en un día de primavera. Anteriormente yo estaba mirando por la ventana opuesta, que me muestra un día gris y lluvioso, frío, tétrico y vacío) No, Marga, no mires por ahí. ¿Qué necesitas ver? Por ahí no mirarás más que soledad y desánimo. ¡Ven! ¡Ven conmigo! Mira conmigo por aquí. Es el paisaje del Amor, el que te muestra el Amor. Mira, hija: ¿Cómo quieres ser el peón de obra de la construcción de la Nueva Jerusalén? Os he dicho que en aquellos días –los días de la Gran Tribulación– los hombres convivirán con demonios, puestos estratégicamente en los sitios por Satanás, para intentar hacer cuanto más daño se pueda a su obra, mejor. Pero no tengáis miedo. No tenéis por qué tener miedo, pues esos demonios no pueden nada frente al Poder de Dios. El Demonio quisiera cargarse a la familia.
¡No! Tú tienes mucho que hacer ahí. Mira cómo el Demonio, furioso contra ti, ha arreciado en su ataque ahora que sabe que estás a punto de hacer un grandísimo bien con la publicación del Libro. Tan sólo has hecho lo que debías hacer, sierva inútil eres,171 lo que debías hacer con los talentos otorgados. ¡Déjale que se retuerza enfrente tuya! No te puede hacer nada, y él lo sabe. Déjale. Tu voz la necesito. Tu voz es mi Voz. Tu voz es mi Voz, dice mi Madre también. A tu voz Yo le he dado gracias especiales de conversión, gracias para mostrar al mundo mi Corazón a través del de mi Madre. No se dan los talentos para guardarlos, no. ¡Anima a todos! Todos, más o menos, pasáis por tribulaciones y por cruces. ¡Sé tú ejemplo de cómo se vive eso en cristiano! Para ello, afiánzate mucho en Mí. Sí, hija... tu voz la necesito.
Sí: quítate del cuello la pezuña del Maligno que te hiere y te bloquea, impidiéndote hablar. Que haga, que diga lo que quiera. Déjale que tiente. Está como loco mandándote la tentación de toda índole. Tranquila, si tú estás conmigo, las tentaciones resbalan y no te afectan, similar a como un escudo
de hierro repele una flecha. La flecha cae al suelo sin herir al soldado. ¡Estate conmigo! Y nada ni nadie podrá tocarte. Mira, andas por la calle y es como si una jauría de demonios hicieran ademán de destrozarte, pero ellos no pueden ni acercarse a ti. Son como esos animaluchos que temen a la presa y aunque quieren hincarle el diente, no se atreven mientras tenga vida. Deja que los muertos entierren a sus muertos.172 Tú ven a Mí. AMÉN. Te bendigo hoy especialmente. Recibe mi bendición especial, ésta que te doy junto a mi Madre. (Los dos a la vez) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Adiós. ¡Ve!
171 Cfr. Lc 17,10.
172 Cfr. Lc 9,60.
30-09-09
Jesús: ¡ALEGRIA!173 Muéstrate alegre siempre y cada vez estate más alegre, es justo lo que el Demonio no podrá resistir, y al final, te dejará. Muéstrate cada día más y más alegre. Tú vives una vida que te causa alegría y regocijo, y allá por donde vas, lo transmites. Esfuérzate cada día en estarlo. De más en más. Ya falta poquito, hija. Exulta de gozo y alegría. Sí, hija. Y mira esto que te digo que es muy importante: Alegría, alegría, alegría.
173 La Revelación cristiana trae consigo la auténtica alegría: Sal 4,9; Sal 16; Sal 51, 4; Sal 68,4; Sal 100,2.5; Pr 17,22; Eccli 30,24s; Mt 5,10s; Lc 1,14.45.47.48; 2,10; 10,20; Jn 14,27s; 15,11; 16, 22-23; 17,13; I Jn 1,4; He 2,46; 5,41; 8,8.39; 13,48.52; 15,34; Rm 8, 31-39; 15,13; Flp 3,1; 4,4; 1 Co 14,3; 2 Co 7,4; 9,7; 13,11; Col 1,24; St 1,2.12; Juan Pablo II: 28-02-79; 02-09-1979; 17-12-00; 2507-02; Benedicto XVI: 09-01-06.
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