28-09-2001
Jesús: Niña, no te quedes hasta tarde viendo la TV.359 Puede que manche tu alma y que te descentre del Centro, y el día siguiente quede marcado por ese pequeño rato desperdiciado contemplando la basura. ¿No te molesta su hedor y el efecto que crea en ti? Ama las buenas obras y las buenas imágenes que el Amor y Yo te proporcionamos, no la basura y el estiércol que te puede dar esa caja de odio y podredumbre. Pobrecitos, pobrecitos hijos360, ten lástima, ten compasión de ellos, como Yo se las tengo, y que eso te impulse a llevarles la Buena Nueva del Evangelio y de la alegría de vivir en las obras del Señor, las obras buenas del Amor. Mira, observa cómo no me conocen, cómo nadie, ni si quiera sus padres, ni el sacerdote que se encontraron, ni la persona que Yo he puesto en su camino, ni nadie les habló nunca con pasión y amor del Señor, nadie les dijo cómo Yo les amaba y les amo, y cómo no busco su condenación y persigo su felicidad. ¡Ay, hija mía!361, y tantos no me conocen, tantos que no me conocen.
Hija, y morirán sin que nadie les hable nunca de la Magnitud de mi Amor, de la Inmensidad del Amor. Hija, no permitas esto, haz que tú, por todo lo que tú puedas lograr, si por ti fuera, no se quede nadie de los que tú te has encontrado en tu camino sin hablarles de Dios, sin conocer a ese Dios que te habla, que se comunica contigo, y que lo hace para enviarte a tus hermanos a decirles: “Hijos de Dios, no estáis solos, el Amor está con vosotros, el Amor os busca, os sale al encuentro para deciros: os amo, amo vuestra pequeña alma creada para la felicidad, y que desea, sin saberlo, sólo desea unirse Conmigo. Aquí estoy, no me busquéis más, porque soy Yo mismo el que os he salido al encuentro para deciros: ¡Venid a Mí!, ¡venid hoy a Mí así, como estéis! No me importa lo que habéis sido ni lo que seréis, venid hoy, ahora a Mí, y vuestra dicha se tornará en gozo y en plenitud, al contemplar cómo el Amado se desvive por sus criaturas y las lleva al Camino de la santidad por Amor. Yo mismo Soy quien os ha salido al encuentro para deciros: no estáis solos.
Yo, que os he creado con Amor, no os he abandonado. No me abandonéis vosotros a Mí. Salidme también al encuentro y reencontraos Conmigo, como en el día de vuestro Bautizo. Sed limpios y venid a formar parte de la Vida, abandonando toda esa cultura de muerte. Dejad eso, dejad esas vaciedades y ese vivir en la suma tristeza, y venid hoy a Mí así, como estéis. Hoy ha sido el día que os habéis reencontrado Conmigo, no dejéis que sea un día más. Procurad con todo lo que esté de vuestra parte que sea el día del comienzo de vuestra nueva vida, la Verdadera Vida en Cristo Jesús. Amén”
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