Un minuto con Maria ummspanish@mariedenazareth.org
Los agonizantes ¿a quién se dirigen?
El significado de la oración por los moribundos se ha desvanecido en la actualidad en el pueblo cristiano. Ya no se vela a los difuntos. Nos apresuramos a decir que está en el Paraíso para evitar tener que orar. Afortunadamente tenemos la invocación del Ave María “y a la hora de nuestra muerte” Al pie de la cruz estaba María, Nuestra Señora de la Compasión.
La hora de la Pasión de Jesús es también la hora de la compasión de la Virgen. También rezamos por nuestra hora, para que sea también ¡la hora de María Consuelo de los afligidos! La experiencia muestra que muchos de los agonizantes llaman a su madre.
Si nosotros invocamos a María a la hora de nuestra muerte es porque solo ella, a partir del día de su Asunción, se unió a su Hijo Jesús en la gloria del cielo en cuerpo y alma. De manera que ella está en capacidad de recibirnos como una “buena anfitriona” en el Paraíso. Por eso la Liturgia de la Iglesia la llama “Puerta del cielo siempre abierta” y nos suplica mirar la estrella para llegar al puerto de toda felicidad.
Padre Guillaume de Menthière: Tomado del libro Je vous salue Marie, (Dios te salve María) Paris
¿Quiere prepararse con María?
Entramos en tiempo de Adviento. Tenemos cuatro domingos para prepararnos a acoger al Mesías, el Salvador y Redentor de la humanidad. Durante estos días estamos llamados a descongestionarnos espiritualmente para hacerle un lugar al Señor Jesús.
De hecho, el tiempo de Adviento será también un tiempo de preparación material para la gran fiesta de Navidad, pero que ésta no anule nuestra preparación interior. Necesitamos encontrar un equilibrio. Para ayudarnos a obtenerlo quién mejor que una madre para enseñarnos a bien vivir ese tiempo de Adviento.
Por eso vamos a caminar con la Virgen María. Ella acoge la Palabra de Dios, María la ha dejado crecer en ella, Maria ha dado al mundo la Palabra. Entonces, velemos y preparémonos con María como ella misma había sido preparada a esa hermosa misión que ha transformado de una manera única la historia de la humanidad.
Y como dijo san Juan Pablo II: “Marchad con María. Marchad con María. Que el eco de su fiat resuene en nuestros corazones” Es lo que os deseo durante este tiempo de Adviento.
Padre Pierre Le Bourgeois (Antiguo párroco de Nantua, Francia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario