27-09-09
Jesús: Persevera. Esa es la palabra clave: Persevera. El Camino se vuelve tortuoso y va tomando distintas formas, peliagudas y serpenteantes; va volviéndose más pedregoso y tortuoso, más difícil. Es el camino de la Cruz. No quieras pasarla rápido sin haberla vivido a fondo. No: exprime todo el jugo a esto. Son situaciones que nunca más volverán a pasar. Aprovéchalas a fondo. Vive tu momento presente. Se valiente. Persevera. Amén. Te bendigo.
28-09-09
Jesús: Persevera. Ahora mismo es muy importante en ti el ejemplo que darás a tus hijos. ¡Adelante! Que las dificultades no te frenen. Sé constante. Ellos han de ver en ti una constancia en los hábitos familiares y una seguridad y firmeza. Eso les enseñará a ellos a superar las dificultades en su vida. ¡Sí! Persevera. Ellos se lo merecen. Constrúyeme cuatro santos para el futuro. ¡Ah... es tan importante esto, hija, esto de la educación y la santidad de tu familia! ¡Ilusiónate con esto! Es un Proyecto de Santidad para tu familia y para tus hijos. Sé tú la más trabajadora, la más activa, la más constante e incansable, la que tiene las ideas claras y sabe dónde está el norte y dónde hay que ir. Por eso guía a los suyos y a los que se dejan. Oh, hija: ¡cuánto me agradarás si por fin cumples bien todo esto que te digo!, ¡cuánto me agradarás! Piensa en el día de hoy. A superar tus errores y a avanzar por la senda. Re-purifica siempre tu intención. Cuando se te emponzoñe, lávala y vuélvemela a presentar limpia. No te canses de luchar, de luchar contigo misma. Amén.
28-09-09
Jesús: Quiero que sepas hasta qué punto os quiero probados en el crisol del sufrimiento, hasta qué punto. Os quiero probados hasta que digáis: “¡Basta!, pase de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la Vuestra”.164 (De la Trinidad) Os quiero purificados, os quiero limpios de todo pecado. Y cuando el alma parece que ha alcanzado la perfección: no, no hasta que pase el cancel del sufrimiento y haya salido vencedora. Cada uno de vosotros será probado165. Estáis en los días. Tanto será probado como sea la magnitud de su misión. A unos les corresponde más, a otros menos, según los dones otorgados. A más sufrimiento, mayor predilección. Por lo tanto, hija, alégrate de sufrir más, de poder sufrir más. Que tu oración sea: “Más, Amor mío, mayor sufrimiento, si es que tienes a bien probarme, probarme en tu crisol, como se prueba el oro hasta alcanzar su pureza.166 Más, Amor mío, todo lo que Tú quieras, todo lo que Tú quieras”.
Y permanece así limpia. Alcanza así tu pureza. Para poder llevar al resto. Una capitana de la tropa no alcanza el puesto sin pasar unas pruebas. En ellas veremos tu valía. Para ver si lo dices y también lo haces. Para ver hasta qué punto me amas y cuánta es la locura que podrás resistir. Para probarte en tu amor. Sabéis que para sobrevivir en los días de la Gran Tribulación y para ser guía de muchos en esos días, se necesita estar constituidos de una “pasta” muy especial. Y para eso Yo os preparo: para ser guía de muchos en los días de la Gran Tribulación que están a la espera. En la puerta, pidiendo pasar. Están esperando veros preparados para poder resistir el embate del Enemigo Principal, que ya se está instalando, ya se ha instalado en la Iglesia, mi Casa, y desde allí arriba grita: “¡Que empiece! ¡Que empiece ya la Gran Tribulación! ¡Demos paso a la “fiesta”!”. Sabe que muchos santos sucumbirán167, y por ello se regocija. Pero hija, ¡consigamos que sean menos! No dejemos que los santos caigan en sus manos. Los despedaza hasta hacerlos trizas. No dejemos que se gane a los santos. Para que esto no sea así, entrenaos. Se juega uno mucho. Se juega uno mucho. Entrenaos. Perseverad. Te bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
164 Cfr. Lc 22,42.
165 Jb 7,1.
166 Cfr. Sb 3,6; Jb 23,10; Pr 17,3.
167 Cfr. Ap 13,7.
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