Lectura Capítulo 10 APOCALIPSIS
8 Y la voz que había oído desde el cielo me habló nuevamente, diciéndome: «Ve a tomar el pequeño libro que tiene abierto en la mano el Angel que está de pie sobre el mar y sobre la tierra».
9 Yo corrí hacia el Angel y le rogué que me diera el pequeño libro, y él me respondió: «Toma y cómelo; será amargo para tu estómago, pero en tu boca será dulce como la miel».
10 Yo tomé el pequeño libro de la mano del Angel y lo comí: en mi boca era dulce como la miel, pero cuando terminé de comerlo, se volvió amargo en mi estómago.
11 Entonces se me dijo: «Es necesario que profetices nuevamente acerca de una multitud de pueblos, de naciones, de lenguas y de reyes».
Palabra de Dios
Salmo 118
1 ¡Aleluya!
¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
2 Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!
3 Que lo diga la familia de Aarón:
¡es eterno su amor!
4 Que lo digan los que temen al Señor:
¡es eterno su amor!
5 En el peligro invoqué al Señor,
y él me escuchó dándome un alivio.
6 El Señor está conmigo: no temeré:
¿qué podrán hacerlo los hombres?
7 El Señor está conmigo y me ayuda:
yo veré derrotados a mis adversarios.
8 Es mejor refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres;
9 es mejor refugiarse en el Señor
que fiarse de los poderosos.
10 Todos los paganos me rodearon,
pero yo los derroté en el nombre del Señor;
11 me rodearon por todas partes,
pero yo los derroté en el nombre del Señor;
12 me rodearon como avispas,
ardían como fuego en las espinas,
pero yo los derroté en el nombre del Señor.
13 Me empujaron con violencia para derribarme,
pero el Señor vino en mi ayuda.
14 El Señor es mi fuerza y mi protección;
él fue mi salvación.
15 Un grito de alegría y de victoria
resuena en las carpas de los justos:
«La mano del Señor hace proezas,
16 la mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas».
17 No, no moriré: viviré
para publicar lo que hizo el Señor,
18 El Señor me castigó duramente,
pero no me entregó a la muerte.
19 «Abran las puertas de la justicia
y entraré para dar gracias al Señor».
20 «Esta es la puerta del Señor:
sólo los justos entran por ella».
21 Yo te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
22 La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular
23 Esto ha sido hecho por el Señor
y es admirable a nuestros ojos.
24 Este es el día que hizo el Señor:
alegrémonos y regocijémonos en él.
25 Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad.
26 ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor:
27 el Señor es Dios, y él nos ilumina.
«Ordenen una procesión con ramas frondosas
hasta los ángulos del altar».
28 Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias;
Dios mío, yo te glorifico.
29 ¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
Evangelio SAN LUCAS Capítulo 19
45 Y al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores,
46 diciéndoles: «Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones».
47 Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo.
48 Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Palabra del Señor
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