09-04-1999
Virgen: Gloria a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Sí, ¡todo es tan diverso de cómo os imagináis!, todo es tan distinto a vuestros pobres juicios. Tengo muchos otros hijos que yacen hambrientos y exhaustos al borde de los caminos, por donde tú y los tuyos pasáis, sin verlos siquiera. Necesito que tú vayas al borde de esos caminos y les des con tus manos llenas, les des Nuestro alimento. Llevad vuestras cisternas de agua, pues mueren de sed.
Llevad vuestras provisiones, pues desmayan de hambre. Esta es la Hora, éste es el tiempo destinado por su Infinita Misericordia, éste es el tiempo de vuestra salvación. Salvad, ¡salvad al vulgo! Los que tenéis, no dilapidéis: dad. Y los que no tienen, ¡que reciban a manos llenas!, a raudales: ¡dadles! Y su Espíritu vendrá sobre vosotros.
Vosotros poneos en camino. El ya quitará la piedra: ¡comenzad vuestra andadura! Quien no tenga preparado el equipaje, que no se ponga en camino, no sea que tenga que volverse cuando vaya a la mitad. Ya sabéis lo que debéis saber: ¡ahora andad!
12-04-1999
Jesús: Yo te digo: ¿Qué buscáis? ¿Qué esperáis cuando venís a Mí? ¿Qué es lo que anheláis? ¿Es mi Gloria?, ¿es mi Honor?, ¿es mi Alabanza? O por el contrario, ¿es vuestra gloria, honor y alabanza la que buscáis? Yo estoy aquí y vosotros os dirigís a Mí como si hablaseis con una piedra. Soy la Piedra Angular, ¡pero estoy Vivo! Yo Soy un Dios de vivos, no de muertos.152 Entrad en la Vida de la Gracia, entrad verdaderamente en mi Vida, entrad en mi Corazón. Mi Puerta está abierta.153
Cuando esté completo el tiempo, se cerrará. Entrad antes de que finalice vuestro tiempo. Porque Yo deseo que vengáis todos, que estéis ya todos antes de que venga el Día del Señor. Y luego, ¿qué temer?
Te veo temerosa, temiendo por ti y los tuyos. Sí, a pesar de tus esfuerzos, encuentro temor en ti. Es porque aún no me has conocido, es porque aún no has entrado verdaderamente. ¡Entra! Yo Soy tu Imán y tú eres mi pequeña partícula de hierro. ¿Por qué resistirse? Mira que Yo no te voy a dejar, mira que Yo te voy a conquistar y no se sabe de nadie que se haya podido resistir a mi efusiva Misericordia, so pena de querer condenarse. ¡Oh!, no contengas mis Ternuras para contigo154. ¿Por qué resistirse?
Aún te veo con una mano asida a la tierra mientras intentas despegar del suelo. En ninguna cabeza cabe pretender volar amarrándose fuertemente al suelo. Alaba, alma mía, al Señor, gózate en Dios tu Salvador, porque ha mirado la indigencia de su pueblo y suscita Profetas del Amor para el Amor. Gloria a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. ¡Ánimo, pequeña barquichuela en un mar tempestuoso! ¿Quieres ser remolcada por mi Gran Barco? Amárrate sí, amárrate a Él, y surca los Mares.
152 Cfr. Mt 22,32.
153 Su Herida
154 Cfr. Sal 40,12.
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