15-05-2013
Virgen: Soy Yo la que quiero hablarte. El 13 de mayo te llamé a venir para darte un Mensaje, pero no me importa dártelo el 15, porque tú eres una hija muy amada mía, y veo la pobreza de tu corazón. El Demonio ha pretendido sembrarte la confusión en estos días para que no vengas, y Yo lo veo. Confía en Mí. ¡Confío en ti! (Lo dice alentándome. Dan ganas de llorar, su inmenso Amor. Su Comprensión)
Dios puede cambiar los acontecimientos de los Tiempos. ¡Por eso os pido que recéis tanto! Mucha gente lo está haciendo. Este Papa está obedeciendo ahora a los designios de Dios. Y eso debe bastaros. No haced elucubraciones por el futuro, porque el futuro le corresponde a Dios. Si en un futuro sucede lo que a ti te hemos dicho, calma. Aun así, Yo no os abandonaré. ¿Y no crees, Mamaíta, que esto es muy complicado para mí?
No, pues no. Queremos en ti un sobrehumano equilibrio, que te vendrá de las Fuerzas de Dios, para ayudar a otros en ese equilibrio que tendrá que darse en los Tiempos donde arrecie más la Gran Tribulación. Mamaíta, ¡es una obra de orfebrería la que Tú haces con nosotros! Sí. (Está contenta) Querida, ¡dulce! Niña… Conserva siempre esa dulzura en tu trato con todos. ¡Aunque te presenten hieles! Que sea la Dulzura de tu Madre la que tú transmitas. Sí, hija, tan importante eres para Mí. Quiero que veas, hija, cómo te estamos probando ahora. ¡Es porque confiamos en ti! Es porque confiamos que ahora ya, en la prueba, no te nos irás. (Oigo algo que no viene a cuento. Una voz de una chica joven dice tranquilamente: “Qué mal huele”) ¿Por qué dice esa alma “qué mal huele”? Está en el Purgatorio. Te acompaña. Es para que veas cómo te rodean las realidades sobrenaturales. Sobre todo aquí, en la Iglesia, donde está Jesús,78 os acompañan las almas del Purgatorio y las almas de los Santos.
Las del Purgatorio están más cerca de vosotros de lo que podáis imaginar. Es como si ellas estuvieran aquí, entre los bancos, y con vosotros. Y las del Cielo allí, cerca del Sagrario. Ayúdame a sacarla. Está en un estrato muy elevado del Purgatorio. Sólo necesita un empujón. (La Virgen alargó su mano, y parecía que la mía iba con la de Ella, y tiró de algo) Ya está, ya está conmigo. Gracias, Marga. Por tu obediencia de venir hoy aquí, Yo la he sacado. Te estará eternamente agradecida. Piensa en lo que confiamos en ti, y verás que no, no te volverás loca. Nosotros sabemos a quién damos estas cosas. ¡Oh, querida Mamá! ¡Llévame al Cielo pronto! Si te llevara antes del Tiempo, ¡no tendríamos una Marga aquí, a mi lado, más cerca y más cerca de mi Corazón! Procura cumplir todo en tu vida según es la Voluntad de Dios, que se marca en el Plan de Dios sobre ti. Luego se traduce en la felicidad eterna y, ¡alcanza la máxima! Eso es lo que quiero para ti, hija, porque Soy tu Madre y deseo lo mejor. Querida: ¿no ves mi Amor?
(La miraba en la imagen, y Ella, al decir esto, abrió sus manos, que las tenía sobre el pecho, para enseñarme su Corazón. Te alberga en Él, a la vez que te lo abre, y te envuelve un gozo muy grande. Lloro de emoción) No quiero volver a casa…
Amada, en casa tienes tu hogar y la manera concreta de entregarte a Dios. Ve a casa, y con la sonrisa en los labios. Tus hijos también necesitan que les enseñes a vivir la Cruz con alegría y optimismo. Ellos, al pensar en la vida, se ve que piensan: “La vida es como la vive y siente, piensa, mi madre”. Eres su modelo. ¡No les defraudes! Amén. Te bendigo: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Amén. ¡Gracias!
77 Me van a dar lucha.
78 Cuando dice “Jesús”, cambia su voz.
17-05-2013
Jesús: ¡Oh, querida Marga! Mi hija querida… a la que más amo. ¡Cómo nos quiere Jesús! Te quiero, te quiero a ti. Pluraliza, pero comparte, pensando que es a ti a quien dirijo mi Palabra. Hija, a veces no entiendes, ¿verdad? ¿Es duro para ti, hija, este camino en el que a veces lo ves todo oscuro? No, Jesús. Estoy contigo. Tú dame lo que quieras. Por un segundo contigo, estaría en la máxima oscuridad todo el día. ¿Te llegan mis quejas? Perdóname. No quiero sufrir de esa forma tan imperfecta. Perdona, Amigo. No, Marga, me gozo en ti. ¡Gracias, Jesús! Gracias, Marga, a ti. ¿Has visto? Por tu caminar en fe, sin ver sin entender a veces.
¡Tan a menudo te lo hago andar, ese camino! Por eso repara las faltas de fe de mi gente en la Iglesia, de los que se dicen míos. Yo no hago sino darles muestras y más muestras de mi Amor, que rechazan y no ven. Ellos rechazan viendo, tú aceptas sin ver. Jesús, ¡pero Tú me mimas mucho! De otra forma, de otra forma lo hago. Pero actúo así porque quisiera de ti el máximo mérito. ¡Pobres! los que piensan que el alma no puede adquirir méritos. Se quedan a medio camino en el Cielo. ¡Aspirad a más! ¡Subid! ¡No conocéis las metas a las que habéis sido llamados! ¡Subid! ¡Subid más alto! Hacen un Dios a su medida... Sí, hija, piensan que Dios no le puede dar al hombre esa capacidad, la capacidad de adquirir méritos. ¿Por qué no? Es Dios, puede hacerlo.
¡Qué pobre y qué triste es ese camino! Qué monótono y falto de metas e incentivos. ¿Sabes? No es un camino humano, aunque lo propugnen en aras de la humanidad y del humanismo. Es un engaño del Demonio, que pretende reducir la Gloria a la que estaban llamadas las almas. Quisiera, desde aquí, decir a los que propugnan este falso humanismo, que no cortéis las alas al Espíritu Santo, que no taponéis la entrada a mi Corazón. ¡Dejad a las almas correr por Él! Y correr tras Él. Hija: ¿verdad que tú lo entiendes? ¡¡Cuánto os perdéis!! Querida amada de mi Corazón… (Jesús me apachurra en un abrazo) Y todos dirán: “¡Claro, Dios le dio Gracia especial!” y Yo digo: “Sí, pero perseveró. ¿Queréis alcanzar lo que ella? Perseverad”.
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