02-07-2013
Virgen: En los Planes de Dios, hay muchos Planes. (Dentro de los Planes, otros posibles Planes) Si unos no salen, Dios emplea otros. Yo me encuentro tejiéndolos para Él. Soy una muy hábil tejedora, dicen. Por eso es por la razón por la que unas cosas predichas, luego no salen así. Tiene mucho que ver vuestra fuerza de voluntad por cumplir el Plan de Dios en vuestra vida. Depende todo de vuestra respuesta a ese Plan inicial de Dios. Hasta el final de vuestra vida estáis en permanente cambio y en permanente decir sí o no a Dios. Y hasta el final Dios no se cansa nunca de daros otra oportunidad. No está todo predicho. Vosotros podéis hacer variar los Planes de Dios, tanto para bien, como para mal. Sí, incluso un alma llamada a una determinada vocación, si ella quiere, puede ascender a más, porque Dios no se deja ganar en generosidad.
Sí, puede haber también un alma no llamada en principio a una consagración, que ella sea quien la elija, y Dios volcarse a posteriori en ella por su generosidad. Y viceversa. Puede un alma llamada a la consagración, que no la elija, y Dios hacer otro camino para ella en otro lugar, donde le costará más y donde nunca tendrá el premio predestinado tal y como Dios lo quería, pero sí puede acceder al premio. ¡Dios es más grande que vuestras negaciones! Por eso, debéis fiaros de las predicciones, pero no vivir de ellas. Estaba anunciado desde Isaías que el Mesías debía padecer, pero no como fue. Podemos decir que no fue el Plan de Dios desde el Inicio; sin embargo, el pecado contumaz y tan fuerte del hombre de todos los tiempos lo hizo ser así. Vosotros intervenís en la historia. Vosotros hacéis cambiar hasta los planes de Dios. Muchas veces os anunciamos una cosa para moveros: “Si no os convertís, muchos pereceréis”.84 Las acciones de los hombres merecen una intervención de Dios, tanto a favor como en contra.
Dios siempre actúa a favor, pero para que me entiendas. Tanto premio como castigo. Incluso Dios, cuando castiga, lo hace siempre buscando el bien del hombre. Muchos empeñados en que suceda una predicción tal y como la han interpretado ellos. ¿Por qué? ¿Quieren que Dios castigue al hombre? ¿Quisieran verse a sí mismos dentro del castigo que desean para sus hermanos? ¿No mejor alegrarse cuando Dios cambia sus Planes movido, bien por la bondad de las almas, o por su propia Bondad? Tú no te apegues nunca, hija mía, a una predicción hecha por ti. Prefiere quedar hasta de mentirosa, si es por eso que las almas se han salvado. Los que dejarán de creer en ti porque no se ha cumplido lo que predijiste, ¡son tan pocos comparados con los que se han salvado, y por eso no se ha llevado a cabo! ¡Ah, te merece la pena! Ya lo voy entendiendo. Te dije que estos Ejercicios te servirían para entender muchas cosas y te iban a servir de trampolín. Mamá: y para ser santa. Para eso aún te queda. ¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha día a día por la santidad a la que has sido llamada! Y ahora, hija mía, para obedecer, vete a dormir pronto hoy. Y buenas noches. En el Nombre del Padre…
83 Cfr. Mc 3,13.
84 Cfr. Lc 13,3.5.
03-07-2013
Jesús: Y ahora, sin miedo, ven y siéntate a mi lado, escriba, pequeña escribiente mía, Margarita…
Tu corazón me pregunta: “Señor, ¿qué quieres de mí?”, pero lo hace con miedo, como si Yo fuera un Padre exigente que siembro donde no cosecho. No… Yo Soy el Padre del Amor, y no quiero que ninguna criatura se acerque a Mí cuando la llamo, con miedo. ¿Exigirte algo que Yo antes no te había dado? Eso nunca, nunca lo hago. Cuando Yo os pido amorosamente algo, antes ya os he dado la cosa con la que me habéis de responder. Por eso, querida, he aquí lo que te pido: Te pido que me prediques. Tú, que eres la menos adecuada para ello, he querido Yo hacerte la adecuada. Porque no eres la adecuada, eres la adecuada. Porque no eres la adecuada, eres la adecuada para mi Plan de Salvación. Posiblemente sea una lucha que tendrás que tener toda tu vida con tu carácter. Llegarás a acostumbrarte a estarte negando siempre.
Quiero en ti que cojas el hábito a negarte a tus caprichos y negarte a todo lo que a primera se te viene, tanto de cosas por hacer como de cosas por pensar. Somete a criba cada pensamiento. Jesús, ¿esto cómo se hace? ¡Mi mente está bombardeada con multitud de ellos! Esto es lo que tenemos que lograr que no suceda. Tenemos que parar una mente que va a mil por hora y saltando de una cosa a otra. Sólo una es la importante,85 amada. Conseguiré que sólo pienses en Mí. Eres Sorprendente. Jesús, pero como Tú me has puesto en el mundo, tendré que pensar en otras cosas. Te equivocas. Cada mañana vacía tu mente. Y por la noche la vuelves a vaciar. Recapitula todas las cosas en Mí.86 Por la mañana piensa si lo que se te ha ocurrido en el día es para Mí, para darme gusto a Mí. Y por la noche piensa si lo has logrado cumplir. Hay temporadas que se te ocurren muchos pensamientos negativos. Son las temporadas en las que no estás centrada en Mí. (Esto que me pide, me va a costar más que si me hiciera Carmelita Descalza. ¡No pensar en nada! Vaciar mi mente de pensamientos) Pero llenarla de Mí. Si estoy Yo dentro, no te cabrá ni un solo pensamiento negativo. ¿Lo harás? (Ha cruzado sus brazos y me mira) Sí. (Lo que pienso es que es un milagro lo que tiene que ocurrir) No es algo que tenga que hacer Yo. Es algo que tienes que hacer tú, con tu esfuerzo. No quieras recibir siempre de Mí, cómodamente. La santidad: fórjatela. Jesús, queda claro. ¡Lo voy a hacer!
(De sonrisa normal, pasó a amplia sonrisa) Ven aquí. (Me abraza. Más bien parece el abrazo de un capitán a su soldado. Es un abrazo corto, acercándote con fuerza con una mano)
¡Oh, Jesús: no quisiera perderme nada de lo que Tú me digas! Así sí, así sí quiero que te acerques a Mí. (Es así como quiero que te acerques a Mí): con confianza. (Dieron tiempo libre. Durante el rato del café, pensaba: “Jesús se ha vuelto Loquísimo: ¡que yo no esté pensando en nada! ¡Ésa no seré yo! ¡Será un milagro!”. Me reía porque me trataba de imaginar. Volví a la oración) Piensa que te lo pido por el bien del Carisma. No es por hacer una virguería en ti, imposible y divertida. No es sólo eso. Te ayudará más pensar que ese esfuerzo que te pido es por el bien del Carisma, para que el Carisma continúe. Pero atiende a lo que te digo, que esto no es sólo un juego. Está en juego la salvación de muchas almas. ¿Porque tengo a mi niña despistada, ahora no podemos salvar a tantas? ¡Ah… no, no! Querida: toda ha sido tan fácil en ti, mi niña mimada… Corres el riesgo de pensar que tu (la) santidad no necesita ningún esfuerzo.87 (Le miraba divertida)
Querida mimada, ¡cómo me gustas! Me complazco mimándote. Jesús mío: me vas a hacer tonta. No, Yo hago lo que quiero con las almas. A unas las quiero mimar y a otras las doy otras cosas. ¿Dirán los otros que a los que mimo no les pido esfuerzos? No, mira lo que te estoy pidiendo a ti. Jesús, vale, me tienes convencida. ¿Por qué contigo quiero hacer esto? Jesús, ¡eres muy gracioso! Tú dirás. Es para que Tú me lleves al Resto. Si quieres que todos te escuchen así, ¿por qué no decírselo así a todos? Les encantaría. ¡Porque eso estoy haciendo, a tu través! ¿No conocéis las formas de hacer de Dios? ¡Por Dios, Jesús!, ¡eres absolutamente Maravilloso! ¡Dímelo más! ¡Maravilloso mío! ¡Ay, hija mía…! Las gentes no opinan que Yo Soy Maravilloso. Porque no te conocen. Podrías mostrarte más claro. Eso es lo que quiero hacer. ¿Cómo lo harás? Contigo. ¿Conmigo? Podrías decirles que tú, haciendo oración, “te lo pasas pipa” conmigo. Diles cómo lo haces, lo que te digo, y lo que tú me dices. ¿Les va a interesar? Te digo que les va a interesar, y mucho.
Son tonterías mías. Y Mías. Jesús mío, ¡cómo te abajas! a tu criatura. Porque Yo amo a mi criatura, Yo me encarné. Y porque la amo, vengo incluso a jugar con ella. Para que luego digan que la oración es aburrida. Querida: mira los pasos que tú has tenido que seguir para encontrarme y Yo manifestárteme: Retiro. Silencio. Confesión de tus pecados y Yo borro tus culpas. Atención a la petición que Yo te hago. Obediencia. Escucha a mi Voluntad. Forja de carácter. Discernimiento del mal espíritu. Diálogo confiado con “Yo”, que Soy Su Señor. Y dejarse su alma en el Amor.
85 Cfr. Lc 10,42.
86 Cfr. Ef 1,10.
87 Cfr. Dt 31,6; Jos 1,9; 2 Cro 5,7; Mt 1,12; Lc 13,24.
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