Sabemos que es una lucha de David contra Goliat: una asociación formada por católicos a los que les importa lo que pasa a su alrededor quieren alzar la voz a favor de la libertad religiosa en China, ese gigante del que nadie quiere hablar (porque es un socio económico muy importante). Pero tengo esa alma quijotesca y creo que tú también, y a nosotros no nos importa que los grandes gobiernos sigan haciendo oídos sordos a la situación de nuestros hermanos en China. Nosotros no nos callamos.
Por ello, llevamos cuatro años pidiendo la liberación del obispo chino Monseñor Ma Daqin, detenido en 2012 justo después de su ordenación. Su delito: ser fiel al Papa. También, desde que nos enteramos de la desaparición de Monseñor Shao Zhumin, obispo auxiliar de la diócesis de Wenzhou, el pasado mes de octubre, exigimos su puesta en libertad.
Estos son los últimos casos de decenas y decenas de atentados a la libertad religiosa. Entre estos está el obispo “clandestino” Su Zhimin, de 80 años, que desapareció en custodia policial hace 15 años; Mons. Cosmas Shi Enxiang, de 90 años, obispo “clandestino” de Yixian, que lleva esperando el juicio desde 2001; el P. Joseph Lu Genjun, vicario general de la diócesis clandestina de Baoding (en la provincia de Hebei), bajo custodia policial desde el 17 de febrero de 2006; y decenas de sacerdotes de las comunidades católicas no oficiales. A día de hoy no hay noticias de su paradero.
Ayúdales firmando esta petición.
Queremos que los católicos de China, y todos sus ciudadanos, puedan vivir libremente su fe. Como te digo, parece imposible, pero en el Día Internacional de la Libertad Religiosa no me puedo quedar callado ante esta injusticia. Y estoy seguro de que tú tampoco.
Por eso que nos dirigimos a las más altas instancias:
No es la primera vez que se lo pedimos. Ya hemos viajado dos veces a Ginebra y una a Nueva York para que nos escuchen sobre este tema. Pero seguimos insistiendo. Hasta que logremos que los gobiernos dejen de mirar hacia otro lado y se preocupen de la situación de los creyentes en China. Ayúdanos en esta lucha.
¿Crees que es pedir demasiado que nos hagan caso? Quizás, pero si nos quedamos callados, entonces nunca nadie sabrá la situación de nuestros hermanos cristianos en China. Podemos concienciar a la sociedad civil, y además podemos conseguir que los gobiernos se enteren. Si tú no lo haces, nadie ayudará a nuestros hermanos chinos.
Esto es también globalización: China está muy lejos. Pero desde países de Europa o de América también podemos preocuparnos de lo que allí está pasando. Y conseguir resultado. No podemos hacer lo mismo que la mayoría de gobiernos y mirar para otro lado.
Antes de cerrar este correo, Antonio Baltasar. Haz un pequeño gesto que puede ayudar mucho a nuestros hermanos cristianos en la ONU. Es nuestra forma de celebrar el Día Internacional de Libertad Religiosa.
Gracias por tu pequeño gesto. Gracias por ayudar a los cristianos chinos. Un fuerte abrazo,
José Castro Velarde
Presidente de Enraizados
P.D: La Iglesia Católica es universal. Por ello los fieles laicos no podemos dejar de lado a las personas de lugares tan lejanos al nuestro (en kilómetros, en cultura, en todo…) como China. Nos une lo más importante: la fe. Firma para que ellos puedan vivirla públicamente.
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