gospa«Entre los diferentes relatos difundidos por los medios por Internet o de manera privada retuve esta idea luminosa a partir de lo contado por habitante de Amatrice que seguramente calará también hondo en sus corazones: ”Busco en la television o en Internet –dijo- los rostros de las personas del Hospicio de Ancianos donde solía ir a misa.
Veo a Don Savino, el cura, habitualmente tan tímido y medido, llorando ante las cámaras. Veo el Hospicio de las mujeres derrumbado. Oigo que 3 religiosas, sor Cecilia, sor Agata y sor Ana no fueron encontradas. Pienso que seguramente habrán muerto. Una de ellas era quienvenía a abrirme la puerta a la mañana cuando llegaba tarde a misa. Me pregunto qué puede hacerse en esos casos. ¿Qué es lo que desearia recibir de algún desconocido si me encontrara en aquella situación? ¡Oraciones! Si estuviera en peligro de muerte, me gustaría que oraran por mí. Pero sobre todo, si tuviera que presentarme ante Dios para mi juicio individual, suplicaría a todos los desconocidos del mundo que intercedieran para que tuviera misericordia de mí.
En este Jubileo de la Misericordia, cada uno de nosotros podría adoptar una de las víctimas y ofrecer por ella la indulgencia plenaria de la Puerta Santa. Podríamos elegir un nombre o dejar que Dios la aplique a la víctima más anónima… ¿Qué le pasó a la jovencita de 14 años cuyo padre fue entrevistado? Este padre se encontraba delante de la casa de la pesadilla boquiabierto, embargado en un sufrimiento atroz. ¿Hay quien ore por su hija? ¿Se salvó? Y si no, ¿quién ganará la indulgencia por ella? Podemos estar a su lado realizando el mayor acto de caridad posible por el prójimo presentándola al Padre, pidiéndole no solamente el perdón de sus pecados, sino también su liberación de las penas temporales que le hubieran correspondido. No es éste el mayor auxilio que le podemos brindar?” (Contance Miriano)»
© Children of Medjugorje del mes de septiembre de 2016