30-04-2014
Jesús: (A los 7 minutos de terminar la Misa, ya no quedaba nadie) Qué a gusto, Jesús, ¡ya se han ido todos! ¿Te molestan tus hermanos? Sí. ¿Por qué te molestan? Yo les amo. ¿Qué te molesta de ellos? El poco amor que Te tienen. Y a Mí. (A Jesús le molesta que les ame poco: que me corrija y ame como Él: que aunque le molesta que no le amen, les ama)
01-05-2014
Virgen: No critiquéis. A la hora de corregiros, miraos primero a vosotros mismos, Primeramente: ¿habéis aumentado en amor? ¿Habéis aumentado en amor hacia vosotros, porque lo cogéis de la Fuente, que es el Amor de Dios? Madre, yo creía que amaba. Si criticas, no amas. Amados míos: no me habéis hecho caso. Ninguno. Y el tiempo apremia, y los que dependen de vosotros esperan esa decisión y esa fuerza, que viene del Amor. ¡Ah… si no os amáis…! Si no os amáis, no saldrá nada. No saldrá nada bien. Amaos. Amaos. Amaos.
09-05-2014
Virgen: Éste es un Mensaje para los Tradicionalistas, para los que critican a mi Papa. Se llaman a sí mismos “Tradicionalistas”, pero lo son, no de una religión, sino de unas costumbres. Costumbres que luego en su vida privada veo que cambian a su antojo, según la circunstancia y lo que les convenga. Te digo todo esto con lágrimas en los ojos, pues es mucho lo que hieren mi Corazón. Lo hieren porque en sus mentes está siempre el juicio al hermano. Y en esta ocasión no les ha importado incluso que sea al Papa. Y aun los que creen que este Papa es auténtico, aun esos gastan sus días en encontrarle un equívoco y en criticarle, en vez de emplearlos en convertirse, pues falta les hace, y se acerca el Día.
Ellos198 eran hijos muy amados de mi Corazón. En otro tiempo, cuando eran fieles. En (con) ellos me basé para muchas cosas, y sobre todo aquí, en España. Pero había una fidelidad de su corazón a mis enseñanzas. No ahora. Querida, tú has podido ver por tus Mensajes –los Mensajes a ti confiados-, que Yo amo mucho a mi España. En ellos, se encuentran plagados miles de guiños, miles de anhelos que tengo puestos sobre ella. Por eso, tus Mensajes –los a ti confiados- son del agrado de ese gremio, y no les falta razón. Son muy bellos y “les van al pelo”, como tú bien dices. Tú lo dices. Lo piensas, ¿verdad, hija? Sí, Mamá. Mamá, por favor, ¡qué pena! Ellos, de tus Mensajes199, cogen –como ya has visto hacer a más de uno– lo que les conviene. Pero no se paran a meditar todo lo que toca sensiblemente (la fibra más sensible) de su corazón, que es la de la no-conversión, la de no querer convertirse. ¿A dónde van? ¿A dónde va ese Ejército, que se supone que es Mío, sin conversión?, ¿sin haberse convertido?
En sus corazones duros está siempre el juicio al hermano, en sus vidas la no correspondencia (a la Gracia), en sus actos el desprecio y la dureza, en sus bocas el no-amor. ¿Y pretenden basar sus actos ahora en unos libros que están preñados (llenos, plagados) de Amor? Encuentren el Amor primero en sus vidas, que les interpele, que se dejen interpelar por Él, que les cambie su interior, y luego podrán cambiar o dar el cambio a su alrededor. No antes. ¡Oh… laceran cruelmente mi Corazón…! A veces, sus actos200 que pretenden de honor a Mí y de desagravio a mi Corazón, me hieren más, pues parten de unos corazones que, en su interior, están matando al hermano. ¡Oh, cuándo encontraré conversión en vosotros, amada mía! Madre, ¡te la daremos! No, amada, no veo que se mueva nadie. Sí, Madre. Sí lo haremos. Sí lo harán. ¿Tú qué vas a hacer? Les daré esto de tu parte. Hazlo, y deprisa. Y también conviértete tú. Y te alabamos, Cristo, y te bendecimos… Que por tu Santa Cruz Redimiste al mundo.
198 Los Tradicionalistas.
199 Dijo: “No te diré más “los a ti confiados”, para no alargar el texto. Pero tú me entiendes”.
200 Públicos.
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