08-09-2000
(Cumpleaños de la Virgen)
Virgen: Un sacerdote carga con los pecados de los hombres,218 con la angustia de estar dentro de la ciénaga sanando el mal, limpiándola. Es dura a veces la vida de mis ministros. Es dura. Por vosotros se entregan. Cuidadles, sed mansos y dóciles con ellos. ¡Orad por ellos! Un sacerdote en medio del mundo se encuentra entre mil peligros que le acechan, mil tentaciones de desánimo y, si no ve a fieles que siguen una vida recta, si sus fieles le hacen caer, caerá también, porque tiene humanidad. Es humano y sometido a la carne al igual que vosotros. Debéis ser apoyo suyo, refugio suyo, consuelo suyo.
Que con vuestra vida, él vea lo que hay que hacer. A lo mejor se encuentra alejado de Mí, y no puedo darle mis consuelos de Madre, no puedo ayudarle. Sed vosotros la piedra de unión, el roce del Espíritu para él, el aviso que le haga darse cuenta de que no es el camino. Que la vida que él eligió es mucho más grande, que merece la pena vivirla completamente, absolutamente. Hoy en día, hija, las tentaciones para un sacerdote son ingentes, tenedles cuenta, cuidadles. ¡Y los que son puros y fieles! ¡Oh Dios mío, cómo me agradan! ¡Cómo son el agrado de Dios, el consuelo de Dios! Llevan a grandes filas de almas por la senda de la salvación. Cómo les odia el Enemigo. Redobla más y más sus esfuerzos para hacerles caer. ¡Pero ellos están en mi Corazón! están en el sitio adecuado, en el momento preciso.
Comprended, hijos, sed comprensivos y compasivos con los sacerdotes caídos, vencidos por la Serpiente. Sed ayuda, cariño, para los heridos. Sed apoyo para los que han vencido Conmigo, para que sigan llevando a las almas a su Salvación: Jesucristo mi Hijo. Gloria a Dios Padre, ¡hija mía, glorifícale!, ¡glorifica al Creador con tu vida! Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. Sí, este es mi máximo anhelo en el día de mi cumpleaños, hija: ¡Rezad por los sacerdotes!, ¡ayudad a estos mis hijos queridos! ¡Rezad, ayunad, sacrificaos por los pastores! Mis hijitos necesitan de vuestras plegarias. Se acerca el día difícil hasta el extremo para ellos, el día de la culminación del ataque, ya abierto, no encubierto ya de Satanás. Rezad para que tengan las fuerzas necesarias y la luz, que les vendrá de mi Mano, para descubrir a la Serpiente, que se insertará, está insertándose ya, entre sus filas y cuyo fin principal es condenar a la humanidad por medio de sus ministros, por medio de su Iglesia219 Hija mía, cuando veo cómo criticáis, incluso calumniáis a estos mis hijos, no puedes imaginarte cómo mi Corazón se rompe y se rompe en mil pedazos. Prolongáis mi agonía. ¡Hija! ¡pobres mis hijos! ¡pobres pequeños!, ¡ayudadles! ¡ayudadles! Hija, ¿por qué no hacéis una campaña de oraciones y sacrificios por ellos? Que sea éste vuestro regalo para Mí, si es que es vuestro deseo hacer feliz a esta pobre vuestra Mamaíta. Amén. Adiós, hija.220
216 Cfr. Ap 19,7.9.
217 Cfr. Mt 9,38.
218 Había sacerdotes confesando, yo oía las absoluciones
219 Corrompiendo, confundiendo, condenando primero a los cabezas de la Iglesia y por medio de ellos a sus fieles.
220 Me ha dado un beso y se ha ido
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