29-09-08
Dios Padre: Querida Marga, hija de mi Corazón de Padre, Corazón de Dios. Dices que te doy miedo: ¿Por qué? Eres imponente. Se me abre como ese pasadizo profundo y me hablas desde ahí, y no es agradable. ¿Por qué? Con Jesús, tu Hijo, es distinto. Bendito seas, pues le enviaste al mundo para que nos fuera más llevadero nuestro trato contigo. Oh, Dios, menos mal que eres Dios y no te desesperas viendo que todos nosotros erramos y erramos y erramos por distintos caminos. Porque os amo. Porque os respeto. Respeto infinitamente a cada alma. Sí, me quise hacer tan cercano a vosotros que envié a mi Hijo para que se hiciera Hombre.6 Y luego Eucaristía. Era distinto el trato de Adán y Eva conmigo en el Paraíso. No les infundía temor, hasta el pecado original. Luego la criatura se hizo incapaz del trato con Dios, si no es a través de Jesucristo. Ahora tenéis a Jesucristo. Puedes tratar conmigo como trata un niño con su padre.
30-09-08
Virgen: ¡Hola, Marga! Mamá, por favor, no sé qué me pasa. Estás siendo fuertemente tentada. No temas. Persevera. Y Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu. Es para que veas las vicisitudes por donde pasan mis pobres condenados y les tengas compasión. ¿Condenados? Los que caminan por el camino de la perdición.7 Sí, sí… qué horror. Menos mal que a veces levantas un poco la mano y puedo tener un respiro. No así ellos. Pobrecillos. ¿Y cómo ven la luz? Obedeciendo. Si se someten a obediencia. Mientras no obedezcan a sus superiores y a la Santa Madre Iglesia, sus caminos se hacen tortuosos. Y a veces Yo también les envío respiros en sus tentaciones. ¡Oh, Mamá! verse condenado tiene que ser horrible.
Y es en esos momentos cuando les pido confianza en el Amor Misericordioso de Dios. Sólo eso les puede hacer arrepentirse. Pero si ven lo que se merecen por sus pecados y se ven condenados… ¡cómo pensar en que van a ser perdonados! ¡Eso es! Ahí quería que llegaras: Confianza en que Dios perdona y perdona todo. Y Dios ama y ama a todos. Necesita de vuestro arrepentimiento para perdonar. Sólo eso. La mayor desdicha del hombre hoy en día es pensar que, como ha sido tan pecador, ¡Dios no le puede perdonar! No. Quiero que vayas tú en medio de ellos, te quiero a ti que les digas:
¡No!, Dios te puede perdonar, Dios te perdona y te ama a pesar de eso, a pesar de tu pecado. Y si tú no has hecho antes la prueba de verte fría y pecadora hasta el fondo, con la sensación de despreciada por Dios por tu pecado, no sabrías volverlos hacia Mí. ¡Ah, Margarita! Yo te necesito. Sí. Estás siendo pulida y ponemos empeño en nuestra obra. Pulida por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y personalmente por Mí misma, que sigo todas tus fluctuaciones, tus idas y venidas, tus avances y retrocesos por el camino de la Gracia para no dejarte desviar ni un ápice. Todos, sin excepción, todos estáis pasando por momentos muy duros de tentaciones. Teneos compasión y amor unos por otros. Comprensión, cariño y acompañamiento. Yo así también os formo en tener un Corazón tan parecido al de Jesús, que es compasivo y misericordioso.8
Sí, realmente es una filigrana. Estoy haciendo una obra de arte con vosotros. Te dejo que pases por el camino de los pecadores empedernidos sin serlo. Experimenta lo que ellos sienten. Experimenta lo que sienten los más tentados y tiende una y otra vez, siempre la mano. Quiero que vean que siempre hubo una mano amiga y sincera que se tendió por ellos. Siempre, siempre, siempre. Para que vean cómo Dios les espera ahora y siempre. Hasta que se acaben sus días en esta vida. Corrige cuando veas una equivocación. Con cariño. Sin juzgar. Porque te sabes tú una de ellos si Yo, con mi Misericordia, no te hubiera sanado y sacado del pozo de tu negrura. ¡Agradece todas las correcciones que te hagan!
Porque tengo ante mí tu oblación, ésa que me hiciste un día. Y en virtud de esa ofrenda trabajo en tu alma. Trabajo sólo en la parcela que me dejáis. Si no me dejáis, no trabajo vuestra alma. Alabado sea Jesucristo. Sea por siempre bendito y alabado. ¡Oh, qué contenta he visto a la Virgen! ¡Cómo me ha hablado, con qué entusiasmo por mí! ¡Dios mío, ¡¡Gracias!!
------------------------------------------------------------------------------------------
6 Cfr. Jn 3,16.
7 No se refiere a los condenados del infierno, sino a los que aún están en la tierra, pero viven al margen o contra Dios.
8 Cfr. Mt 11,29; St 5,11.
No hay comentarios:
Publicar un comentario