13-05-1999
Virgen: Gracias a todos mis pequeñuelos que oyen mi Voz. Gracias por vuestras oraciones y mortificaciones por los pobres pecadores. Mas mi Corazón tiene muchas espinas clavadas todavía, mi Corazón necesita de grandes reparaciones, grandes ofrendas y holocaustos. Necesito vuestra pobre vida, vuestra ofrenda total, para poder entregársela a Dios Padre. El, enojado con vuestra humanidad, está decidido a enviar su Ira. Pues, ¡sois tan pocos los que respondéis! Y el mundo camina hacia su autodestrucción.
¡Si Yo encontrara al menos un Resto fiel hasta la misma muerte, fervoroso y ardiente en su caridad, abnegado y entregado, dispuesto al máximo sacrificio igualándose así a su Señor Jesucristo! Yo confío en vosotros. Algunos seréis grandes santos.
Animaos con estas Promesas. Oíd... y actuad. ¡Presto! El demonio pretende ahogarme, pero Yo me he preparado silenciosamente, sin que él lo sepa, un gran Ejército que mantendré en su lucha hasta el final. ¡¡Y Su Reino vendrá!! Oh, alegría sin límites. Pasión de amor e identificación suma con el Amado, que os es preparada por Mí. Yo preparo vuestro tálamo nupcial, para las Nupcias con el Amor de los Amores, para vuestra unión eterna. Pensad en sólo esto: Unión por siempre, unión eterna.
¡Gozaos Conmigo! Sentid que su Reino está al venir, su Reino no tendrá fin. Tengo en una lista todos vuestros nombres. Hermosos y queridos nombres de mis tiernos hijitos... No entristezcáis a vuestra pobre Madre y acudid prestos todos a su Llamada. Acudid a su Cita. Os espera anhelante. Teme por alguno de vosotros. No le defraudéis.
¡Pensad que no depende de vuestra grandeza! Si alguno se siente pequeño, ¡que venga a Mí!, que medite que al más pequeño de todos lo amo Yo singularmente más que a nadie, porque me necesita más que nadie. Yo sólo pienso en darme a todos vosotros, y especialmente al más necesitado de su Divina Misericordia. ¡Qué contenta tendréis a vuestra Santa Madre, si cuento, y estáis todos!
Oh, venid, acudid a Él. ¿No sentís sus Brazos flagelados prontos y abiertos para estrecharos con toda su Fuerza? ¿No sabéis que cuando Él perdona, ya no vuelve a acordarse? ¿No os ha sido explicada de todas las maneras posibles su Infinita Misericordia? Vosotros que le conocéis, ¡no le dejéis! Agoniza, mis niños, agoniza, y nadie le da de beber. Acudid con vuestra copa, pequeña, grande, con vuestra copa al fin, prontos a saciar su Sed de vosotros. Sed felices en su Presencia.
En medio de las adversidades y de las dichas, el Señor permanece, Él no cambia, Él está y Él estará. Volad a Él. Sus Brazos, su Espíritu os recogerá y os fundiréis en ese Horno ardiente de Caridad Infinita por siempre jamás.
17-05-1999
Virgen: Oh hijos, los míos, mis niños... mueren día a día, porque no hay un alma que se sacrifique por ellos, que ruegue a Dios por ellos. ¿Queréis salvarlos? Bendito Apostolado de la Oración, bendita salvación para los pecadores que otro se ofrezca por el condenado. Bendito amor verdadero, el que da la vida por sus hermanos. Benditos seáis todos los que os sacrificáis y oráis por los pecadores.
Tejed así vuestra túnica eterna, sembrad así los frutos de la eternidad sin límites. Cuando os reunáis con la familia de los hijos de Dios y todo sean agradecimientos y amor ... ¡pensad en ello! Vengo con urgencia a recoger vuestras plegarias, sacrificios, mortificaciones, abnegaciones y entregas puras al Amor de Dios. ¿He de irme con mis Manos vacías? Ya llego, ya toco a vuestra puerta, ¿qué tendréis que dar a esta Mendiga del Amor?
El Cielo abre sus puertas para recibirme, los que purgan y la Iglesia militante esperan sus fuerzas de estas vuestras donaciones.
¿He de decirles que no recogí ninguna? ¿He de decir que de alguna casa me echaron con puntapiés? ¿O diré que acogisteis a vuestra Madre exhausta, cansada de mendigar por todas las puertas de la tierra, la consolasteis y la llenasteis de oblaciones para ellos, hermanos vuestros, a los que amáis con todo el corazón? ¿Diré que encontré en vuestros hogares plena identificación con nuestro Amor de los Amores, cuyo Nombre es Santo y Reina por siempre? ¿O diré que estabais tan ocupados, teníais tanta prisa que, pese a notar que El agonizaba a vuestro lado y os llamaba, disteis media vuelta y fuisteis a vuestros quehaceres mundanos sin reparar en Él?
Niña, tu Madre acude a ti urgentemente.
Úrgeles tú, que se acaba el tiempo y muchos de los míos aún no han venido. Necesitan vuestra vida entregada a Dios, necesitan vuestros sacrificios y oraciones, necesitan vuestra luz, vuestra sal. ¡Id! Rápido. Antes de que se cierren las Puertas de su Infinita Misericordia.
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