"Mis queridos hijos, estoy muy feliz de verlos a ustedes aquí hoy. Estoy feliz por la fe, la esperanza y la caridad que tienen todos ustedes aquí y, entre más den, más se les dará a ustedes y a esta ciudad.
He venido en la Advocación de la Señora de la Preciosísima Sangre. Jesús y Yo compartimos la misma Sangre; es por eso que les pido que tenga mucha fe en la Sangre de Mi Hijo Jesús.
Conviértanse en personas de oración, solamente la oración salvará al mundo, la oración o la actitud perfecta, lo he dicho anteriormente. Yo sé en cuánto la persona ama a Jesús porque ora mucho; entre más oren más Le demuestran a Mi Hijo que Lo aman.
Muchas Gracias recibirán hoy, habrá Santos que estarán Conmigo; está el Padre Pío, Santa Bernardita y San Miguel Arcángel, que estarán Conmigo aquí, para orar por ustedes.
Vengo a comunicarles que, ahora más que todo vendré, no para enseñarles, sino como Profeta: Éste es el principio del final de satanás. Vengan y amen a Dios, amen Su Corazón, entréguenle su corazón a Jesús. Jesús no quiere sus pecados sino sus corazones. Se salvarán muchas almas; recen por los Sacerdotes, necesitamos a los Sacerdotes, necesitamos que oren y hagan sacrificios por ellos; ellos son almas Consagradas que necesitan de sus oraciones, no los juzguen sino que oren por ellos. Pidan el discernimiento para que en sus corazones sean lo que Dios quiere para cada uno de ustedes, y lo que tienen que hacer para ayudar a salvar las almas.
Los que rezan la oración del Ofrecimiento de Vida, les digo que hoy, cinco generaciones de sus familiares que están en el Purgatorio, están saliendo ahorita y estarán Conmigo.
Cuando vayan a recibir la Eucaristía, abran sus corazones y entréguenle a Jesús todas sus necesidades; vayan a la adoración del Santísimo, entréguenle sus corazones.
Amo a Venezuela; Venezuela será una de las puertas para contrarrestar al demonio; aprendan a rezar el Rosario de La Armada. El Rosario de La Armada es un buque de guerra que contrarrestará a satanás y traerá muchos milagros y sanaciones en sus vidas y en sus familias.
Estoy muy feliz de verlos aquí y los amo muchísimo; vengan a la adoración de Mi Hijo y los bendigo a cada uno de ustedes y a sus familiares, bendigo todos los artículos religiosos que tengan con ustedes, y les pido que pidan por el Obispo, su Obispo, Yo lo amo pero tiene un trabajo muy difícil por hacer.
Gracias por escuchar Mi llamado. Amén."
Así sea Madre mía, hoy más que nunca, toda mi Venezuela esta en peligro: de Fe y políticamente.
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