Mientras las revueltas árabes encienden estos días las tensiones interreligiosas, en Suecia, los habitantes deNacka, un pequeño suburbio situado a las afueras deEstocolmo, trabajan discretamente en la construcción de un templo en el que cristianos y musulmanes podrán rezar por primera vez bajo un mismo techo. Bautizado como la Casa de Dios, se espera que el proyecto esté terminado en el año 2014, explica a La Vanguardia uno de sus promotores, el pastor de la Iglesia sueca Henrik Larsson. “Después de remodelar la iglesia ya existente, que utilizan tanto protestantes como católicos, construiremos una mezquita al lado”.
Ambas estructuras ocuparán su propio espacio pero estarán interconectadas entre sí a través de un patio común”, detalla el párroco, que insiste en que “no se trata de mezclar religiones sino de promover la colaboración y el conocimiento entre ellas”. “El proyecto se basa en el respeto, no en la asimilación de religiones, y es importante que esto sea así, ya que de lo contrario no funcionará”, recalca.
Nacka es uno de los vecindarios más multiculturales de Suecia. Alrededor del 70% de sus habitantes son extranjeros y proceden de hasta 65 países distintos. En cuanto a la religión, el 40% del total de la población es cristiana, mientras que otro 40% es musulmana y el resto pertenece a otros credos minoritarios.
Aunque los líderes cristianos y musulmanes empezaron a establecer contactos entre ellos a mediados de la década de 1990, su colaboración no se intensificó hasta el 2004, año en que las escuelas de la zona pidieron ayuda a ambas comunidades para fomentar la tolerancia en las aulas. “Esta experiencia nos hizo ver que teníamos muchas cosas en común, que compartíamos muchos valores y es así como iniciamos juntos un centro social y un foro de diálogo primero, y más tarde nos vino a la cabeza la idea de conectar una mezquita a la iglesia”, detalla Larsson, no sin antes subrayar que se trata de una iniciativa “única” en la actualidad pero inspirada en “algunos periodos de la historia de España, por ejemplo, en los que se demostró que puede llegar a haber paz y cooperación entre religiones distintas”.
La iniciativa ha tenido muy buena acogida tanto en Nacka como en el resto de Suecia, donde gran parte de los medios de comunicación se han hecho eco de la noticia. Sin embargo, también hay quien ha manifestado su desacuerdo. “Curiosamente, gran parte de las críticas proceden de algunos creyentes, tanto cristianos como musulmanes, que todavía siguen sospechando los unos de los otros”, afirma Larsson, algo que aún pasa en muchas partes del mundo.
A la radicalización de este tipo de posturas contribuyeron el año pasado tanto el ascenso de los Demócratas Suecos, el partido antiinmigrantes que logró entrar por primera vez en el Parlamento en las elecciones de septiembre, como el atentado suicida que sembró el pánico en Estocolmo poco antes de Navidad. “Precisamente por esta razón es importante sacar a la luz iniciativas como la nuestra, con las que se ofrece una imagen de la realidad en la que la convivencia, el respeto y la colaboración es posible”, destaca el párroco de Nacka.