20-10-1999
Jesús: Avanzan las huestes enemigas ganando posiciones al Ejército de Dios. Numerosas bajas pueblan ya los Campos de Batalla; todavía habrá más muertos, y tantos,179 que creerán que nos han derrotado finalmente. Y cuando menos se lo esperen, vendrá mi Mano Poderosa, y reviviré a los muertos del Campo de Batalla, abasteceré de nuevo a mi Ejército, y venceré sobre mis enemigos. ¡La Iglesia revivirá! Reconstruiré los Muros de mi Templo, los Muros que fueron derruidos, echados por tierra, convertidos en escombros. Yo mismo lo haré. La Nueva Jerusalén vendrá desde el Cielo,180 y no habrá más llanto ya, ni dolor, sólo felicidad.181 Y Gloria y Alabanza a mi Nombre Santo por parte de toda criatura de mis manos. En espera de ese Día, me consumo hasta morir, agonizo, porque he de parecer muerto para siempre. Me odian y planean destruirme. Quieren acabar con los míos y que desaparezca mi Reino. No hay salvación para el que odia a Dios y planea matarle a sangre fría. Sí, y luego no quiere arrepentirse. Vosotros salvad a mis otras ovejas, que caminan perdidas por las veredas, que no quisieron oír la voz de “los malos”, pero que tampoco encuentran a nadie que los guíe. El camino se ha vuelto oscuro.
Llaman balando a su pastor, y ni tan siquiera se dan cuenta de que hay más como ellas, no se ven, no ven a sus compañeras de desdicha, creen que están solas, y que Dios les ha abandonado. Vosotros decid: Venid a Mí - dice el Señor - Yo os daré de beber el Agua de Vida, Yo os daré la Comida de la Salvación. Os mostraré el Camino y se hará la Luz, os daré el calor, ¡y nunca más volveréis a estar jamás solos, jamás huérfanos! Yo Soy el Buen Pastor.182 El que conoce a sus ovejas y ellas le conocen a El. El que las llama por su nombre y les lleva a las verdes campiñas de los pastizales, que El creó expresamente para ellas, para su disfrute y su deleite. Para enjugar sus llantos y abrazar sus cuerpos. Para curar sus heridas y mostrarles su eterno Amor. Para hablarles su lenguaje, donde dos se entienden, como dos verdaderos enamorados. Enamorado que da su vida por su amada, que le consigue su salvación.
179 Los enemigos.
180 Cfr. Ap 21,2.
181 Ap 21,4
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